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Algunos pacientes tienen problemas en los hombros bastante graves. Empiezan como una leve molestia pero se agrava produciendo una pérdida de movilidad en esa zona específica. Puede deberse, por ejemplo, por los daños producidos tras un accidente o una práctica deportiva muy extrema.
También es posible que sea una patología degenerativa que se ha ido produciendo en el organismo a medida que este ha ido envejeciendo.
El método de artroscopia de hombro consiste en hacer unas diminutas incisiones en la zona afectada. Después se introduce una cámara y así se puede observar la estructura interna (tendones, huesos, ligamentos, músculos…).
Es una buena manera para conseguir ver porque se ha producido exactamente la lesión y así proporcionar información relevante al traumatólogo para que pueda repararla.
Un método que resulta ser menos intrusivo que los tradicionales
Esto puede resultar paradójico ya que, de primeras, estamos abriendo el hombro para introducir una cámara. Sin embargo, los cortes son mínimos y ayudarán a conocer al paciente exactamente la dolencia.
El tratamiento que se va a realizar es el mismo pero muchas veces ayuda a no tener que practicar intervenciones innecesarias (sabiendo cual es el problema se podrá determinar cual es el tratamiento menos intrusivo).
Mejor agresión
La “artroscopia del hombro” produce una menor agresión en los tejidos del organismo. Esto se traduce en dos ventajas básicas: por un lado produce menos dolor en el paciente, por otro, la recuperación y la vuelta a la normalidad de la vida diaria se acelera.
También ayudará a que el paciente pueda experimentar un porcentaje más reducido de efectos secundarios o contra indicaciones. Al ser este tipo de cirugía no tan intrusiva, no dañará ningún tejido por lo que no debería de afectar a la vida normal del paciente una vez haya vuelto a ella.
Menos riesgo
Al saber exactamente cuál es el problema, se minimiza el riesgo a la hora de practicar cualquier operación. Algunos problemas de las intervenciones actuales es que no se pueden saber exactamente lo que se puede llegar a encontrar sin proceder a “abrir” esa zona en particular.
Esto, en algunas ocasiones, puede llegar a ser algo peligroso.
Las cámaras revelarán desde el primer momento la información que el traumatólogo o el cirujano necesita por lo que podrá prepararse para todo lo que pueda encontrarse a la hora de intervenir.
Según los estudios, la cirugía “artroscopia de hombro” se complica mucho menos que un proceso tradicional de operación. Además, siempre existe la opción de cambiar de técnica (o combinarlas) en el caso de que fuera necesario.
Realmente la elección del procedimiento a seguir dependerá de la dolencia que pueda llegar a experimentar el paciente.
Según algunos expertos especializados en artroscopia del hombro aseguran que casi cualquier tipo de lesión que se produzca en esa parte exacta se puede tratar mejor con este tipo de técnicas con la cirugía tradicional.
Un nuevo método que está cogiendo mucha fuerza en el mercado.
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