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El conselleiro del Mar, Alfonso Villares, destacó la esencial labor femenina dentro de la cadena mar-industria gallega y, en concreto, en la industria de la transformación y la conserva, donde ellas representan más de dos terceras partes de la fuerza de trabajo total. Además, ensalzó el ejemplo de una empresa como Curricán que, nacida como una iniciativa de mujeres que viven en la costa de Lugo, contribuye a poner en valor, por la vía de la innovación, la forma tradicional de hacer conservas de la zona.
Así lo manifestó durante la visita a la factoría de la productora de las conservas de alta calidad bajo la marca Currimar en el municipio lucense de Xove, donde estuvo acompañado por el director general de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnológica, Antonio Basanta, y el alcalde de la localidad, José Demetrio Salgueiro Rapa. También destacó el hecho de que con el apoyo de varios departamentos de la Xunta, del ayuntamiento y del grupo de acción costera (hoy GALP) Mariña-Ortegal estas emprendedoras se lanzaran en el año 2012, en plena crisis, a generar riqueza y transformar productos típicamente unidos al mar y la Galicia y de A Mariña, como puede ser el bonito que se captura en cada costera.
El titular de Mar aplaudió un modelo de negocio que apuesta de forma decidida por la innovación como fórmula para revalorizar la tradición, con una elaboración de productos gastronómicos artesanos a pequeña escala y de excelencia contrastada como son el bonito del norte de Burela, ostras al natural conservadas en agua de mar o con un escabeche cítrico, o platos preparados como haba con pulpo, marmitako de bonito, este túnido en salsa de tomate o calamares en su tinta. Todos envasados en cristal y de forma artesana.
Curricán fue una de las 104 beneficiarias del apoyo por más de 6,3 millones de euros de la Consellería del Mar para compensar a las empresas de comercialización al por mayor y transformación de los productos de la pesca, marisqueo y acuicultura, de los efectos del incremento de precios ocasionados por la invasión de Ucrania.
Este respaldo permitió afrontar sobrecostos motivados por el conflicto en materias primas como la harina, el pan rallado, aceites de oliva y girasol, por un lado, también los envases, embalajes de madera, tarjeta, plástico, vidrio y metal, entre ellos las latas de las conservas, por otro; y también las altas facturas que pagaron por el cloro, gases refrigerantes o energías como la electricidad el gas.
Falta de apoyo estatal
Frente a estas ayudas, el sector sigue la espera de ver, negro sobre blanco, como se materializa el Perte propio por lo que la cadena mar-industria lleva esperando tres años. De entrada, el sector había reclamado que ascendiera a 400 millones de euros, aunque los primeros anuncios desde lo Gobierno central reducirían la aportación a una décima parte, unos 50 millones. Alfonso Villares reiteró que un sector estratégico para la alimentación de España y Europa debería recibir un trato equiparable al de la industria agroalimentaria, que contó en su perte con más de mil millones de euros.
Además del acceso a los fondos europeos habilitados para la recuperación económica postcovid, el representante autonómico insistió una vez más en que el sector primario, los productos alimenticios del mar y la carne, merecen dejar de estar vetados de las rebajas del IVA que están desincentivando su consumo frente a alimentos que sí disfrutan de esta ventaja fiscal. Desde el mundo del mar y del campo llevan años reclamando este descenso del impuesto sin ser escuchados por el Gobierno que encabeza el socialista Pedro Sánchez, un grave error que está dañando actividad de un sector estratégico.
