Las carreras universitarias son un tema que desvelan a cualquiera, sobre todo porque, la edad para optar por una de ellas, generalmente es la misma edad de la incertidumbre y la poca claridad del futuro, la juventud.
Muchos piensan que al escoger una carrera universitaria, deberán pasar su vida en esa profesión, y por supuesto, debe gustarte desde el inicio. Pero no sabes si te gusta o no, porque no la conoces. Vaya dilema. Para más información consulta este enlace
Sin embargo, te voy a dar un dato que te puede dar cualquiera con experiencia universitaria y de campo. No todos los graduados en una carrera universitaria, ejercen tal profesión.
Y otro dato mucho más cercano, no se acaba el mundo si pruebas el inicio de una carrera y quieras cambiarte para otra luego. Aunque todos sabemos que la vida es corta, el proceso de probar y aprender no puede tomarse como una pérdida de tiempo.
O lo puedes ver desde este otro punto de vista, si cambias de carrera universitaria porque el inicio no te ha gustado, ya tienes experiencia ganada y ventaja sobre los demás, cuando apliques para la otra.
Por ello, no te estreses ni te desveles pensando cuál sería tu carrera idónea. Entra al primer año en una carrera que consideres que puedes manejar y “gustar”. Una carrera que te atraiga, aunque no la tengas totalmente clara. Y sigue los siguientes consejos.
1. Haz un balance y hazte las preguntas difíciles
Puede ser que hayas ingresado a una licenciatura general, y debes, por lo tanto, prepararte para enfrentar preguntas difíciles sobre tus futuras carreras, asociadas a esa licenciatura.
Alternativamente, es posible que hayas ingresado a un título con un enfoque más específico, en cuyo caso eventualmente deberás pensar en las diversas especializaciones disponibles dentro de ese campo.
De cualquier manera, no hay prisa en conocer las respuestas a tales preguntas con cierto grado de certeza. Tu primer año es un momento para probar diferentes cosas y, en muchos casos, los cursos que completes serán parte de un plan de estudio obligatorio general.
Sin embargo, es importante que prestes mucha atención y respetes la validez de tus sentimientos hacia las diferentes opciones. Siempre puedes cambiar lo que te interesa más adelante, así que aquí hay algunas cosas que debes considerar durante tu primer año:
¿En qué eres bueno?
¿En qué materias te destacas?
¿Estás sorprendido de lograr grandes resultados en cursos inesperados?
¿Qué te apasiona?
¿Qué te interesa?
2. Desarrolla tus habilidades blandas (habilidades sociales)
Las habilidades blandas, también conocidas como “habilidades de empleabilidad”, son habilidades que no son específicas de ninguna industria u organización.
Aunque durante mucho tiempo se consideraron secundarias a las habilidades más específicas de la industria, el reconocimiento de la importancia de las habilidades blandas, tanto para las personas como para las organizaciones que las emplean, ha crecido considerablemente.
Por ejemplo, cuando el Foro Económico Mundial publicó su informe del 2016 sobre las 16 habilidades que todo estudiante necesita, diez de ellas eran habilidades blandas: pensamiento crítico / resolución de problemas / creatividad / comunicación / colaboración / curiosidad / iniciativa / perseverancia / determinación / adaptabilidad / liderazgo / conciencia social y cultural.
3. Únete a clubes y sociedades
Los clubes y las sociedades son dos de las mejores cosas de la universidad, que abarcan desde equipos deportivos hasta grupos sociales unidos por intereses compartidos.
Más que cualquier otra cosa, los clubes y sociedades pueden ser muy divertidos, brindando la oportunidad de hacer amigos, adquirir nuevos pasatiempos e involucrarse en la vida universitaria. Sin embargo, también pueden darte una ventaja cuando sigas una carrera de posgrado más adelante.
Por ejemplo, la participación en un club o sociedad te identifica fácilmente como un jugador de equipo completo, con las habilidades de administración del tiempo necesarias para equilibrar tus obligaciones académicas con tus intereses personales.
4. Conoce a tus tutores o profesores
Puede ser difícil desarrollar una relación personal con tus profesores o tutores, especialmente cuando eres solo un estudiante entre muchos.
Sin embargo, estos profesores pueden ser un recurso invaluable, ya que brindan comentarios sobre cualquier inquietud específica que tengas sobre tu curso, te ayudan a aclarar los objetivos académicos y, muy a menudo, pueden brindar consejos profesionales específicos para tu disciplina.
5. Haz un presupuesto
Como estudiante de primer año, este consejo puede sonar como una broma: ¿Un presupuesto para qué? Sí, ser estudiante puede ser difícil, pero también es un buen momento para desarrollar hábitos positivos que te serán de gran utilidad cuando comiences una carrera más adelante.
Ya sea que te muevas directamente a un puesto de posgrado bien remunerado o pases algún tiempo trabajando en trabajos ocasionales mientras averiguas qué hacer, la vida te obligará a confiar en habilidades prudentes de finanzas personales.
Así que conviértete en tu propia misión de desarrollar un presupuesto, poner en práctica algunos hábitos financieros positivos y mantenerlos tenazmente.
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