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La tortuga marina rescatada el 30 de abril en las cercanías de la Isla de Ons fue devuelta al mar después de finalizar el proceso de recuperación en las instalaciones de la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (Cemma) que colabora con la Xunta en el tratamiento y liberación de los animales que recalan en las costas gallegas. El ejemplar, perteneciente a la especie caretta caretta, embarcó el pasado fin de semana en el Chasula, la unas 10 millas de la localización donde fue encontrada, para facilitarle el regreso a su hábitat natural.
‘Comanchita’, bautizada así por el pesquero que la recogió, se trata de una tortuga marina común de 33 centímetros de longitud y dos kilos de peso. Fue hallada por la embarcación cuando aboyaba en Portonovo creyendo que estaba sin vida pero, después de ser trasladada a la UCI de la Cemma en Nigrán y mantenerse bajo observación hasta finales de mayo, se determinó que disfrutaba de uno buen estado de salud general. Por esta razón, hace unos días se le otorgó una alta clínica que la considera plenamente apta para sobrevivir en la naturaleza.
El ejemplar defecou restos de plástico las primeras semanas después de ser rescatado. No obstante, su sistema digestivo evolucionó favorablemente hasta conseguir el bueno estado general que posee actualmente y que permite su devolución al mar.
Convenios de colaboración
Hace falta resaltar que el espacio de la Cemma en el ‘Comanchita’ y otras especies marinas que recalan en las costas gallegas son auxiliadas presta estos servicios gracias a los convenios de colaboración que desde el año 2003 mantiene esta entidad con la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda.
De la misma manera, es importante recordar que la Cemma es la única organización autorizada por la Dirección General del Patrimonio Natural para gestionar la Red de varamientos de Galicia, y que su actividad se está desarrollando de manera particularmente intensa en un año caracterizado por la fuerte presencia de tortugas marinas en el litoral gallego
‘Comanchita’ forma parte de los más de 120 ejemplares detectados vivos en nuestras playas a lo largo de los últimos 20 años. De ellas, 10 pertenecen a la especie dermochelys coriacea–conocidas como ‘de cuero’-, de hasta dos metros de longitud y 400 kilos de peso. El resto son tortugas marinas comunes como la liberada este fin de semana, que suelen aparecer atrapadas en aparatos de pesca y, después de ser tratadas adecuadamente por la Cemma, son devueltas al mar, como sucedió en la mayor parte de los casos.
