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Con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, visitó el hospital de día y la unidad de oncopediatría del Hospital materno infantil Teresa Herrera de A Coruña donde los niños ingresados reciben atención para su dolencia y siguen tratamientos de quimioterapia o inmunoterapia. Estuvo acompañado por el gerente del Área sanitario de A Coruña y Cee, Luis Verde Remeseiro; el subdirector asistencial del hospital, Alejandro Ávila Álvarez; y el jefe del servicio de Pediatría, Jerónimo Pardo Vázquez. Durante su visita, García Comesaña, conversó con el equipo de oncología pediátrica que presta servicio en esta unidad.
El Servicio Gallego de Salud mantuvo su nivel de atención al cáncer infantil durante la pandemia por la covid 19, detectando 70 nuevos casos de tumores pediátricos durante el año 2021 y 71 en 2020, cifras similares a los 64 casos registrados en 2019 o los 69 de 2018. En comparación con otras edades, el incidente de cáncer en la infancia es baja. En los últimos años, herramientas como el diagnóstico precoz y el tratamiento en unidades asistenciales con experiencia, mejoraron las tasas de supervivencia que superan el 70% a día de hoy. Con todo, esta dolencia es la segunda causa de muerte en menores de 18 años.
A falta de consolidar los datos del pasado año, durante el año 2020, se registraron alrededor de 840 ingresos de menores de edad en los hospitales de la red pública del Servicio Gallego de Salud y Povisa. Estos ingresos tuvieron como objetivo que los niños rebieran atención sanitaria a su dolencia oncológica y pudieran seguir algún tipo de tratamiento: quimioterapia, inmunoterapia o radioterapia.
Tratamiento del cáncer infantil en Galicia
En nuestra comunidad, desde finales del año 2017, la atención los menores con cáncer se lleva a cabo mediante una red asistencial de profesionales expertos en oncología pediátrica, tal y como recoge la Resolución de 29 de septiembre de ese mismo año, por la que se crea la Unidad de Oncología Pediátrica de Galicia. Se trata de una unidad, formada por expertos que centraliza todos los casos para consensuar el abordaje, tratamiento y manejo de cada paciente, desde el punto de vista clínico. El cáncer infanto-juvenil es una enfermedad de gran impacto individual, familiar y social, cuyos principales condicionantes son la baja incidencia y la necesaria especialización en su tratamiento.
Esa forma de trabajo en red permite disponer de toda la información clínica del paciente, compartir criterios clínicos y aprovechar mejor el conocimiento interno de la organización para referir el paciente al profesional más calificado de la red, pero sin la pérdida de la referencia de sus profesionales y de su centro de origen. Con este modelo organizativo, se hizo posible conseguir una idónea coordinación para la atención y cuidados de todos los casos de cáncer en niños, coherente con sus necesidades específicas, tal y como reconoció el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en mayo de 2018.
Además, la creación de la Unidad permitió incrementar la accesibilidad a las técnicas diagnósticas y terapéuticas, además de acercar los recursos asistenciales y proporciona un entorno más favorable para la formación docente, tanto continuada como especializada.
