Las finanzas y en general los temas relacionados con la economía, no son del agrado de todos a pesar de ser muy atractivo el hecho de tener la suficiente solvencia económica para adquirir los bienes necesarios y los que se deseen.
No obstante, ocurren situaciones donde resulta imposible alcanzar esa anhelada solvencia y responder ante una emergencia o compra de última hora, como puede ser comprar un coche nuevo. Por lo que los préstamos rápidos son la iniciativa perfecta para una persona, pareja joven o jubilada, que necesitan dinero sin complicaciones, pero con el aval y respaldo de una prestigiosa institución financiera.
Préstamos y créditos, ¿son lo mismo?
En pocas palabras, un préstamo y un crédito no guardan ninguna diferencia porque ambos se basan en la solicitud de una determinada cantidad de dinero a un banco o institución financiera con solidez en el mercado.
La diferencia radica en el tipo de solicitud y requisitos estipulados por cada entidad bancaria. Esto último puede parecer muy engorroso y quitar mucho tiempo, pero a través de comparadores como Weemba, escoger entre uno u otro es mucho más fácil. En este tipo de comparadores explican de forma muy breve y específica las ventajas entre una empresa y otra. Por ejemplo, el tipo de interés, la cantidad de cuotas, el vencimiento, los requisitos. Sin obviar lo más importante, la suma máxima a solicitar.
Un tipo de préstamo para todos
Ante una gran variedad de opciones en el mercado, surge la pregunta de: ¿Cuáles son los mejores préstamos rápidos? Y a esta interrogante se añade que cada eventualidad del usuario es muy diferente para escoger entre un préstamo u otro, y más si se carece de una cuenta bancaria que pueda otorgar cierto aval financiero.
De esta manera, conocer que existen diferentes tipos simplificará la toma de decisiones. No hace falta tener un conocimiento robusto sobre economía, pero sí echarle un vistazo y entender las diferencias entre uno y otro. Entre el sinfín de préstamos rápidos se encuentran:
- Primer préstamo gratis: esta modalidad consiste en solicitar la cantidad de dinero a través de la modalidad online, y simplemente devolver el dinero sin intereses o comisiones adicionales.
- Préstamos con Asnef: formar parte de esta lista no es recomendable, pero en el caso de que alguien aparezca en la misma, también se ha creado un tipo de crédito idóneo para ellos.
- Préstamos en minutos: cuando esperar 1 o 2 días para obtenerlo no es la opción, lo mejor es solicitar el préstamo en minutos. Se trata de una modalidad por completo factible en la que en un plazo no mayor a 10 minutos y sin muchos requisitos se obtiene o no el préstamo.
- Microcréditos: también llamados minicréditos. La ventaja al seleccionar esta alternativa es que se ahorran trámites como fotocopias o colas porque únicamente se efectúa un insignificante trámite, libre de cláusulas, para alcanzar el objetivo de tener el dinero en la cuenta en solo minutos.
- Préstamos sin nómina: cuando no se tiene un puesto de trabajo estable o se trabaja como autónomo, optar por un préstamo sin nómina es más que viable. Simplemente debe garantizarse que se tiene el dinero estipulado por otras vías y que por tanto se podrá devolver.
Independientemente del que se escoja, todos o casi todos otorgan el dinero a la brevedad y sin trámites engorrosos, libre de comisiones o tarifas elevadas porque lo que se quiere es ayudar al cliente a resolver el imprevisto financiero y no hacerlo sucumbir más en el meollo en el que ya se encuentra.
Cuándo y por qué solicitar un préstamo
Existen dos tipos de destinatarios. Por una parte los que necesitan una cantidad no muy grande de dinero para comprar un producto o resolver una emergencia, como reparar una tubería o comprar algún electrodoméstico imprescindible en casa. Para ellos, esta modalidad de préstamo es la mejor porque no hay ninguna dificultad en la aprobación del mismo (suelen ser aprobados en un tiempo no mayor a 24 o 48 horas), es fácil y libre de trámites.
Por otra parte, los que quieren invertir en un local o negocio, y por tanto necesitan el dinero, ya sea para abrir otra tienda, redecorar un restaurante o realizar una reparación, así como comprar mobiliario o maquinaria, la cual hará que el trabajo sea mucho más eficiente, sin dejar a un lado a aquellos que quieren comprar una vivienda.
Aparte de existir los préstamos rápidos, hay otras opciones que conferirán mayores beneficios porque pueden obtenerse cifras más altas. Así se encuentran:
- Hipotecas: se caracterizan por el tipo de interés, naturaleza y el inmueble que se quiera adquirir. En cuanto al tipo de interés, se encuentran las de interés variable, fijo y las mixtas. En relación con la naturaleza, se tienen la subrogación del promotor, inversa y la que reunifica las deudas anteriores. Sobre el tipo de inmueble se encuentran aquellas para comprar la primera vivienda y las destinadas a la adquisición del segundo domicilio. Es preciso advertir que al optar por una hipoteca la deuda será mayor, por lo que debe haber un gran compromiso por parte del solicitante.
- Cuentas y depósitos bancarios: aunque los bancos en ocasiones produzcan desconfianza, tal vez son la mejor opción cuando los conocimientos en inversión son escasos, por lo que tener un tipo de cuenta, así como realizar determinados tipos de depósitos, entre los que se destacan los depósitos a plazo, se consideran una gran oportunidad para ahorrar e impedir la movilización del dinero cuando menos se quiere.
Precauciones sobre los préstamos y créditos
A pesar de ser flexibles porque cada cliente escoge el crédito con la cantidad de cuotas que mejor se ajuste a su capacidad financiera, hay que ser precavido para evitar endeudarnos y la posible inclusión en la lista Asnef. Junto con lo anterior, se percibe que no hay ninguna dificultad para solicitar un préstamo, pero es preciso ser muy precavido y sobre todo ser cuidadoso al llenar el formulario y leer las letras pequeñas de cada contrato o solicitud de crédito.
En pocas palabras, debido a la gran cantidad de opciones, no hay que descartar hacer una planificación congruente sobre la necesidad del préstamo o hipoteca, y del tiempo estipulado para pagarlo.
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