La Xunta acaba de contratar un servicio técnico para evaluar desde el punto de vista energético la eficiencia y el funcionamiento de casi 70 depuradoras de aguas residuales (EDAR) repartidas por toda Galicia y que dan servicio a una población igual o superior a los 10.000 habitantes equivalentes.
Con un presupuesto de 1,2 millones de euros y un plazo de ejecución de dos años, estas auditorías serán claves para poder avanzar en el objetivo de que el 100% del consumo de las instalaciones analizadas provenga de fuentes renovables en el horizonte del año 2045, en línea con las metas fijadas por la UE a través de la Directiva de aguas residuales comunitaria.
Así lo explicó esta mañana a conselleira de Medio Ambiente y Cambio Climático, Ángeles Vázquez, que visitó la EDAR de Baiona acompañada por el regidor municipal, Jesús Vázquez Almuíña, para anunciar el último paso dado por Augas de Galicia en el marco de su estrategia con el fin de conseguir la neutralidad energética de las depuradoras.
En este sentido, indicó que estos análisis serán una “herramienta muy útil” para reducir los consumos de energía y, por consiguiente, los costes de explotación de estas plantas ya que, por un lado, permitirán analizar en detalle su funcionamiento y explotación, recopilando datos para formular propuestas que reduzcan sus consumos, y, por otro, ayudarán a tomar decisiones a futuro relativas a la aplicación en las mismas de soluciones basadas en energías renovables.
Con tal fin, Ángeles Vázquez aseguró que los análisis deberán incluir no solo parámetros relativos al consumo energético de las depuradoras sino también los indicadores que se suenen utilizar de base para valorar el impacto ambiental. En concreto, se refirió al análisis del ciclo de vida de la propia instalación y a su huella de carbono, a partir del gasto energético o de la gestión que se hace de los residuos generados, entre otros.
Tras subrayar que Galicia es una comunidad “pionera” en España al haber impulsado su propia estrategia para la neutralidad energética de las EDAR, la responsable autonómica explicó que el encargo para evaluar energéticamente casi 70 depuradoras gallegas supone también un paso más por parte de la Xunta para avanzar en su objetivo por mejorar de forma continua la gestión del ciclo integral del agua e implementar el uso de las energías renovables en este tipo de instalaciones, en línea con los objetivos comunitarios.
Al respeto, la conselleira destacó que el estudio de estas EDAR “la mayoría bajo gestión municipal” acercará datos importantes sobre su potencial para albergar energías limpias, haciendo especial hincapié en las posibilidades de producir biogás tanto en la propia instalación de depuración como mediante su interacción con otras.
Gracias a esta información, añadió, Augas de Galicia podrá tomar decisiones y adoptar las medidas oportunas con la finalidad común de conseguir el mayor ahorro energético y optimizar la gestión de las aguas residuales mediante la aplicación de fuentes renovables.
Resultados de éxito de las pruebas piloto
A la espera de que se concreten los primeros resultados de los estudios, Ángeles Vázquez se mostró convencida de la utilidad que tendrán para optimizar la eficiencia energética de las estaciones de depuración de aguas residuales de la comunidad por la vía de la reducción de los consumos y de la apuesta por fuentes propias de energía sostenible.
En este sentido y a modo de ejemplo, se refirió al caso de la EDAR de Baiona, que en el marco del proyecto Innovaugas, ejecutado por el organismo hidráulico Augas de Galicia, fue una de las cuatro instalaciones en las que participó en una prueba piloto para conseguir depuradoras inteligentes, logrando un ahorro energético del 30%.
Para lograrlo, se desarrolló y se implantó un sistema innovador de ayuda a la explotación de la EDAR mediante Inteligencia artificial (IA) para lo cual, previamente, se dotó de sensores la cada uno de los tratamientos de la estación con el fin de evaluar su funcionamiento y controlar también la calidad del agua residual en el momento de su entrada en la planta. De este modo, la IA es capaz de tomar decisiones sobre la propia explotación que permiten garantizar un consumo energético más eficiente, manteniendo la calidad del agua de salida.