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La Xunta de Galicia seguirá dando pasos este año para poner en valor la importancia y la riqueza desde el punto de vista medioambiental del monumento natural Souto de Rozabales, localizado en la parroquia de San Martiño de Arriba, en el ayuntamiento de Manzaneda, y considerado una muestra ejemplar de los bosques de castaños centenarios.
Así lo destacó esta mañana a directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, quien visitó el castañar acompañada por la jefa territorial de Medio Ambiente, Victoria Núñez, y el regidor municipal, Amable Fernández, en vísperas de que se cumplan 23 años de su declaración oficial como monumento natural.
Con el fin precisamente de contribuir a dar a conocer los valores del castañar de Rozabales, Do Campo explicó que la Consellería ha previsto realizar este año varias intervenciones en la zona, entre las que destacó la renovación de la señalización existente y los trabajos de mantenimiento y mejora previstos en el mobiliario.
Asimismo, la directora general también explicó que, como todos los años, el departamento autonómico realizará labores de desbroce sobre las 1,8 hectáreas que abarca en total el monumento natural y de tratamiento fitosanitario en el castañar.
Tras recordar que Rozabales es uno de los 8 monumentos naturales existentes en Galicia, incidió en la importancia de esta figura, concebida para amparar lugares que poseen algún tipo de valor —geológico o paisajístico, entre otros— y que requiere por este motivo una protección especial.
En el caso del castañar centenario de Manzaneda, Belén do Campo destacó en particular el caso del castaño de Pumbariños, árbol singular con un perímetro de 12,15 metros y que destaca por ser uno de los más antiguos de su especie en la Península Ibérica.
Asimismo, la directora general aprovechó su visita para acercarse también hasta el Pazo da Pena, donde está localizado otro ejemplar de grande singularidad: el roble da Pena, del que subrayó que se trata de una de los árboles singulares más antiguas de Galicia ya que fue declarado en 2007, año de creación del catálogo concebido para albergar aquellas formaciones y árboles que destacan por su porte, dimensiones, historia u otro tipo de características singulares.
En este sentido, la directora general indicó que los propietarios del roble recibieron el año pasado una ayuda por parte de la Xunta por importe de 4.500 euros y destinada a financiar actuaciones de conservación, protección y mejora que contribuyan a mantener tanto el ejemplar como su entorno en óptimas condiciones.
