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Las orquídeas se tratan de una flor muy utilizada por las personas para ser regalada, debido a la gran belleza con la que cuentan. Existen más de 20 mil especies de esta flor, aparte de aquellas plantas híbridas que se pueden encontrar a lo largo del planeta. Su aparato reproductor es bastante llamativo para los insectos y sus hojas cuentan con una gran complejidad que deja maravillado a la persona que las adquiere, demostrando la fuerza de la naturaleza a la hora de llevar a cabo este tipo de estructuras.
Esta planta presenta una enorme capacidad de adaptación, posibilitando de esta forma que haya sufrido sucesivas migraciones a lo largo del mundo, adaptándose de forma adecuada a las condiciones climatológicas de la zona y dejando los países tropicales donde se localizaban originalmente.
Algunas características llamativas
La curiosa y especial forma que presenta la flor de la orquídea permite que los insectos puedan posarse de manera adecuada y el conjunto de laberintos de su interior favorecen una correcta polinización en todo momento. Con respecto al fruto, cuenta en su interior con gran número de semillas, las cuales se esparcen de manera rápida una vez que son liberadas, favoreciendo el crecimiento en grandes cantidades de esta bella flor.
Adaptación con un giro de 180 grados
Una vez florece la planta, la orquídea lleva a cabo un giro de 180 grados de su posición original, siendo conocido este procedimiento como resupinación, lo cual favorece una exposición de forma adecuada. También una característica llamativa es la posibilidad de generar néctar, una sustancia que posibilita la reproducción de la planta incluso en difíciles situaciones. Aquellas que no son capaces de producir néctar no precisan de polinizadores, creando semilla de forma autónoma.
Cuidados principales de las orquídeas
Luz para la orquídea
La luz es fundamental para una orquídea y para cualquier tipo de planta, ya que permite la realización de la fotosíntesis de una forma adecuada. Este tipo de plantas requiere una alta cantidad de radiación solar, siendo preferible colocarlas cerca de ventanas o en patios, posibilitando que las hojas puedan captar la mayor cantidad de sol posible durante su vida diaria.
Una temperatura templada
La temperatura debe ser templada, consiguiendo con ello que la planta no se marchite. Lo preferible es unos 22ºC durante el día y unos 18ºC durante la noche, consiguiendo de esta forma una gran estabilidad en la planta e impidiendo los cambios de temperatura bruscas que puedan al traste con tan bella flor.
La humedad es fundamental
Los ambientes donde se sitúe estas plantas deben ser húmedos, siendo preferible que los valores se encuentren entre el 60-80%, consiguiendo de esta forma una floración perfecta cada año.
La cantidad de agua necesaria
La orquídea no necesita gran cantidad de agua para su supervivencia, siendo preciso poco volumen para que se mantenga de forma adecuada. Los especialistas recomiendan regar una vez por semana, siempre teniendo en cuenta la humedad que presenta la tierra en la que se encuentra planta, ya que en verano puede precisar cambiar el patrón de riego.
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