No solo se considera violencia el hecho de pegar a la pareja. También existe la violencia psicológica que puede llegar a ser tan horrible como la violencia física. Los malos tratos psicológicos existen y se deben tener muy en cuenta, ya que pueden causar o haber causado daños irreversibles sobre la víctima.

En el caso de que exista una relación entre la víctima y el autor de la violencia, esta se considera como violencia de género. 

También hay que tener en cuenta que no solo la mujer puede ser víctima de maltrato psicológico, sino que también son muchos hombres los que lo sufren, y estos no siempre son tenidos en cuenta. Bien por vergüenza, bien por otras razones, es posible que tampoco lleguen a cursar nunca la denuncia pertinente.

Violencia psicológica: un problema en alce

Cuando se habla de violencia de género no solo se considera la violencia física, sino también el hecho de querer tener el control sobre la pareja, amenazarla, insultarla o coaccionarla de alguna manera.

Hablamos de violencia psicológica como un conjunto de comportamientos agresivos que pueden tener la intención o no de causar algún tipo de daño físico. La cuestión es que atentarán contra la víctima y, de alguna manera, le causarán algún perjurio.

Hay que considerar que tan solo intercederá el derecho penal en estas situaciones en el caso de que se demuestre que hay intención por parte del autor del daño. Los malos tratos psicológicos pueden ser mucho peores que los físicos: para conseguir una condena a un autor que haya proferidos estos malos tratos, estos deben haberse mantenido de forma constante en el tiempo.

Pese a todo, demostrar que existe este tipo de violencia en un juzgado es muy complicado. Y es que tan solo se podrá llevar a cabo una evaluación teniendo en cuenta la gravedad por la frecuencia y los efectos psicológicos que la persona afectada esté manifestando.

En este punto, es conveniente hacer una distinción entre malos tratos psicológicos y un acoso psicológico:

• Los malos tratos psicológicos incluyen cualquier trato humillante, intimidatorio, vejatorio que se profiera contra la víctima, con independencia de si se trata de un daño verbal o físico. El objetivo de los mismos debe ser perturbar la estabilidad emocional de la víctima.
• Por otra parte, un acoso psicológico repite en el tiempo ciertas conductas que hacen que la víctima se sienta que no vale para nada. Esto incluye críticas, insultos, calumnias, coacciones, etc.

También hay ciertas conductas que entrarían dentro del maltrato psicológico, incluso hasta están tipificadas con penas de prisión. Algunas de las más destacadas son difundir fotos y vídeos a través de medios telemáticos, la difusión de conversaciones privadas, descubrimiento y revelación de secretos, porno venganza, sexting, sextorsión, entre otros comportamientos relacionados.

Si se es víctima de cualquiera de estos comportamientos, es crucial tomar conciencia de la situación, buscar ayuda y formalizar la denuncia pertinente cuanto antes. 

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