¿Quieres sentirte bien? Busca el contacto con la naturaleza

Publicado por o día 02/08/2019 na sección de Salud

¿Quieres sentirte bien? Busca el contacto con la naturaleza

La ciencia lo demuestra, el contacto con la naturaleza nos beneficia en multitud de aspectos que hacen que alcancemos una mejor calidad de vida, tanto por el refuerzo a la salud física como mental que nos proporciona. Y es que todos nosotros tenemos una conexión neurobiológica con ella, que hemos querido, en los últimos tiempos, hacer desaparecer, siempre en vano, tratando a la naturaleza como un enemigo al que combatir, negando la realidad más palpable, y es que sin ella no somos nada.

Así que, si queremos recibir de pleno todos esos beneficios que nos ofrece el contacto con lo natural y que pasaremos a detallar a continuación, deberemos pasear más por parques y jardines públicos, escapar más veces a bosques, montañas, playas y arenales de desiertos, subir altas montañas o descansar en medio de océanos, aunque lo mejor es tener un poco de esa naturaleza en el propio hogar, un patio o un jardín privado donde cada día contemplar y respirar, descansar en algún balancín, como los que puedes encontrar aquí para que el tiempo pase en su justa medida, pausado y relajado, mientras el efecto de lo natural actúa sobre nosotros sin que nos demos cuenta.

Efectos de la naturaleza en las personas

Basta un paseo de 40 minutos en contacto con la naturaleza para que se agudicen las habilidades intelectuales, según Terry Hartig, profesor de psicología en la Universidad de Upsala en Suecia, quien asegura que cuanto más tiempo y más natural sea el entorno y aislado de la presencia y los elementos humanos, mejores serán los resultados.

Nos acepta tal y como somos

Uno de los principales errores humanos es el tener que usar obligatoriamente una máscara sobre nuestra personalidad cuando nos movemos en situaciones sociales. Debemos representar un papel que nunca encaja exactamente con lo que somos, algo que va minando lentamente nuestra personalidad, siendo una carga, un impedimento de ser quien realmente somos o queremos ser. Este problema desaparece en la naturaleza, aquí nadie te juzga ni espera nada de ti, es un espacio donde podemos ser realmente nosotros mismos. Una sensación que nos procura felicidad, bienestar emocional y, por tanto, salud.

La sensación de libertad

Directamente relacionada con el punto anterior, el contacto con la naturaleza, al permitirnos ser como somos, nos ofrece una sensación de libertad que no conseguimos en ninguna otra parte o situación. Podemos caminar, pararnos sobre cualquier piedra, gritar, saltar, rodar, todo lo que un espíritu sano y en equilibrio puede desear.

Fuente de inspiración

El paseo por un entorno boscoso, la contemplación de las olas besar la orilla de una playa, el rumor del río deslizarse entre las roca, el tacto del musgo en la piedra, los olores de flores silvestres, las vistas desde un risco montañoso, son situaciones que liberan endorfinas que nos hacen más felices, pero también nos ofrecen otra serie de estímulos que nos hacen olvidar las rutinas y pesares de la vida cotidiana, estímulos que ofrecen un efecto directo sobre nuestra mente, de reseteo, de limpieza que hace que tengamos la mente más clara, seamos más resolutivos y más creativos; lo que vemos, lo que sentimos, tocamos, olemos e incluso degustamos (agua fresca del rio, moras o cerezas salvajes…) se convierte en fuente de inspiración.

Nos hace mejores personas

No hay duda, la ciencia lo demuestra, un entorno natural, cuanto más salvaje, antiguo y conservado, mejor, modifica el modo en que funciona nuestro cerebro, nos hace ver las cosas de forma diferente, sentimos conexión con lo que nos rodea, nos vemos siendo parte de algo, no como seres superiores de nada.

Un rato en la naturaleza y todos queremos actuar y trabajar para conservarla y mejorar todos y cada uno de los seres vivos que habitan este planeta, ofreciendo lo mejor para nuestras mascotas como, por ejemplo, una residencia vacacional para animales en nuestros periodos de descanso en la Granja la luna, un hotel de lujo para que disfruten de una estancia en libertad a la espera de que su amo regrese de su viaje de vacaciones, o luchando para parar la caza de ballenas, el exceso de plástico en nuestros mares y océanos o cualquiera de las muchas causas en favor del medio ambiente que existen en estos momentos.

Salud directa

Es el entorno en el que vivimos el principal causante de la mayoría de las enfermedades que padecemos; la inactividad, la alimentación, el magnetismo de los aparatos electrónicos… todos estos males que son causa de nuestro sistema de vida en las ciudades desaparecen en los entornos naturales, donde el ejercicio físico es un placer, donde respiramos aire puro, sin contaminar, donde los alimentos que tomamos vienen de la autoproducción y, por lo tanto, libre de productos químicos, donde el agua viene limpia y cristalina por las corrientes desde las montañas, sin residuos plásticos…

Conclusiones

En definitiva, la naturaleza debe volver a ocupar los espacios que hasta hace bastante poco ocupaba por derecho, no solo por justicia, sino porque de este modo los seres humanos tendremos una vida más plena y duradera, más sana y feliz.

La naturaleza, lo que significa y lo que nos aporta, siempre ha formado parte del ser humano, desde el día en que nacemos. En numerosas culturas todavía sigue siendo costumbre regalar un ramo de flores a las madres, y hasta el día de nuestra muerte, donde se ofrendan coronas funerarias en memoria del difunto. En todas y cada una de las etapas de nuestra vida está presente: excursiones al campo con nuestros padres, el primer camping con nuestra pareja, la aventura en aquel valle perdido, el encuentro con animales salvajes en nuestro viaje a un parque natural en África…

La memoria y el futuro se nos vuelve verde. Si observamos un poco nuestra vida, solo el recuerdo de esos momentos en estado de plenitud en espacios agrestes, salvajes, limpios, puros y perfectos, nos aporta alegrías y nos sacan una sonrisa por aquellas experiencias vividas, como excelencias en nuestra vida y, cada año, vuelve a nosotros la idea de un destino natural, desconocido o ya visitado al que volver. La idea de las vacaciones en un entorno natural nos empuja cada día a muchos de nosotros a enfrentarnos a la dura rutina diaria, deseando que llegue el verano, el próximo puente, festividad o fin de semana, para volver al campo, a la montaña, al bosque o a la playa a sentir esa conexión, que de alguna forma, percibimos como saludable y que nos hace sentir tan bien.