La leche cruda y la seguridad alimentaria

Desde que se aprobó la venta de leche cruda mediante decreto el pasado 17 de julio, la polémica está servida. Cuando hablamos de leche cruda nos referimos a aquella que se obtiene directamente del animal, sin aplicar ningún tipo de tratamiento.

Sin embargo, echando un vistazo al pasado descubrimos que la venta de este tipo de leche se prohibió hace 28 años debido a razones sanitarias.

El Ministerio de Sanidad ha paralizado la venta de leche cruda para someter esta decisión a revisión.

Profesionales formados en la seguridad alimentaria en el sector lácteo, entre otros, en centros como CESIF, analizan y aportan sus opiniones sobre el sector lácteo y la leche cruda.

Según la OCU (“Organización de Consumidores y Usuarios”), le leche cruda puede estar compuesta por bacterias patógenas y consumirla puede ocasionar problemas importantes en nuestro salud (un ejemplo de ello es el de la meningitis bacteriana).

Neus Pallares, dietista y nutricionista del Perelló, explica que no debería de consumirse la leche cruda sin más, no sin antes haberla sometido a un determinado tratamiento. Según sus palabras, el problema de esta leche es que está contaminada, repleta de bacterias que podrían intoxicar al usuario.

Uno de los problemas más habituales que puede producir es la listeriosis (infección causada por la listeria). Sus síntomas son muy parecidos a los de una gastroenteritis. Sin embargo, la nutricionista  asegura que consumir directamente la leche cruda no puede matar al consumidor, aunque el problema se presentará si la consumen los niños, ancianos, embarazadas, así como personas que tienen bajas las defensas.

La doctora explica que una vez en casa hay que darle el siguiente tratamiento: la leche cruda debería ser hervida 3 veces, lo que sería equivalente a una especie de pasteurizado doméstico. Lo recomendable es que la temperatura de la leche llegase a los 100ºC (aunque controlar esta temperatura no es fácil hacerlo en casa si no tenemos un mechero, y una vez que la haya alcanzado debería de refrigerarse (debiendo de ser conservada entre 1-4ºC).

Está más que claro que el consumidor debe de conocer la necesidad de hervir la leche cruda. Otro de los riesgos que puede presentar el consumo ocurrirá si se vuelve a rellenar el mismo recipiente de leche sin haberlo limpiado previamente.

También hay muchos mitos asociados al consumo de este tipo de leche: hay quienes aseguran que la leche cruda es más adecuada para personas que padezcan de intolerancia a la lactosa. El problema de la lactosa es que se trata de un tipo de azúcar que está incluida en la leche de manera natural; si no se elimina artificialmente resultará tan inadecuada cómo puede ser cualquier otra.

Tampoco hay ninguna evidencia científica que asegure que el consumo de leche cruda pueda utilizarse cómo tratamiento para evitar que se desarrollen enfermedades como diabetes o de osteoporosis. La probabilidad de que produzca alergias será igual que tomando leche cruda.

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