La pasión por el mundo animal está cada vez más latente en la sociedad. Es por ello, que cada vez más hay más miradas curiosas a las características y virtudes de los seres vivos que nos rodean. A pesar de que nos hemos alejado de nuestro lado más natural a través de las grandes ciudades, cada vez que nos infiltramos en los bosques, lagos o playas nos entra el gusanillo del conocimiento para saber que es de nuestros queridos vecinos del reino animal.
Uno de los favoritos de los más pequeños y de muchos adultos, son los elefantes. Su gran tamaño nos resulta muy engañoso cuando al contrario de lo que a primera vista puede padecer, este animal es más inofensivo que muchos otros que no llegan ni a la mitad de su tamaño.
¿Cómo son los elefantes?
Descendiente de una especie disidente de los mamuts, colosos de la Edad de Hielo, pertenece al grupo de los paquidermos. Sus principales distinciones son que tienen la piel gruesa y dura, su ya mencionado gran tamaño y su asombroso peso. A parte de sus monumentales dimensiones que puede llegar a superar los 4 metros de altura, su llamativo cuerpo puede llegar a la tonelada. Al contrario de lo que podría parecer por su estructura estos seres vivos son uno de los animales más longevos del planeta Tierra. Hasta se han registrado ejemplares que han llegado a los 86 años. A pesar de la popularidad de estos mamíferos en nuestras poblaciones mucha gente no sabe que comen los elefantes. Todas las singularidades de esta actividad tan cotidiana en ellos los puedes encontrar en que-comen.net , una página para los espíritus más inquietos.
Los nietos de los mamuts tienen sorprendentemente una organización matriarcal. Hecho que quiere decir que los grupos son liderados por la hembra con mayor edad. En cambio, los machos son independientes de los grupos, salvo cuando llega el apareamiento. Esto hace que estos seres sean muy sociables entre si, hasta tal punto que cuando un ejemplar alcanza mucha edad y está en sus últimos momentos de la vida, la manada intenta ayudarlo. Si aún así este fallece, sus compañeros llegan a mostrar diversos comportamientos que muestran su tristeza por la perdida de uno de sus allegados.
Otro de los animales que muestra este comportamiento tan familiar con su especie, son los delfines. Pasando de la tierra al mar, estos habitantes de las profundidades marinas también tienen muchos datos curiosos.
¿En qué se parecen los delfines a los elefantes?
Igual que sus compañeros terrestres, estos animales son muy sociables y cooperativos. Es por eso que suelen vivir en comunidad con sus jerarquías y tareas determinadas. Su afecto no sólo es con sus compatriotas, sino que también traspasan las fronteras de sus especie siendo solidarios e interactuando con humanos. Una de los mitos más conocidos de estos seres es su lenguaje. Muchas personas piensan que estos mamíferos tienen hasta una lengua estructurada. Aunque no es así en la realidad, si que poseen algunos sonidos peculiares con los que se pueden identificar. Además llegan a comunicarse a través de los gestos, las danzas y el tacto. Ver todas sus interacciones puede ser un auténtico espectáculo.
Otra de las similitudes con sus amigos de tierra gigantes, es su curiosidad. Tanto los elefantes como los delfines poseen de mucha inteligencia. Pero estos últimos, han demostrado ser uno de los seres vivos más abierto con nuestra especie. Llegando a colaborar, compartir y socializar con los humanos.
Una de las pruebas más conocidas para determinar la capacidad cognitiva de cualquier animal es a través de los espejos. Aunque nuestros animales de compañía predilectos (los gatos y los perros) no la superan, nuestros antecesores (los simios) si lo hacen. Por su parte, los delfines no se quedan atrás, y también se reconocen a si mismos al ver reflejada su imagen en un espejo. Esto es una de las más evidentes pruebas de la capacidad de autoconciencia que poseen estos mamíferos.
Pero, de el mismo modo que la mayoría de la gente conoce muchas de estas características de este famoso animal acuático, muchos tienen algunas lagunas. De la misma manera que pasaba con los elefantes, casi nadie conoce que come el delfín. Esto es un dato que marcará un antes y un después en tus conocimientos sobre este fantástico animal.
Este tipo de datos son los que permiten conocer aún más sobre nuestros compañeros en la fascinante aventura que comporta afrontar una vida. Es por eso, que aunque los dichos populares dicen que la curiosidad mató al gato, por suerte y fortuna nunca acabará con los humanos.
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