La depilación es un tema que nos preocupa a todos, tanto a hombres, como a mujeres. Ya no hace falta que recurramos a un centro de estética cada vez que nos podamos depilar; es posible hacerse con máquinas para depilar la zona íntima y utilizarlas en casa.

Hay muchos modelos en el mercado, y no nos vale cualquiera. Para evitar cometer un error a la hora de escogerlas, te recomendamos que eches un vistazo a esta guía.

¿En qué nos tenemos que basar para elegir máquina para depilar?

¿Modelo inalámbrico o cableado?

Este es el primer criterio que tenemos que evaluar.

Los modelos con cable tienen la ventaja de contar con autonomía infinita, aunque siempre tendremos que contar con un enchufe cerca para que puedan funcionar. En cambio, los modelos inalámbricos nos darán una mayor versatilidad, aunque tienen el problema de que tendremos que controlar la carga que les queda, para no quedarnos con la depilación a medias.

Incluso hay modelos que nos permiten combinar las dos funcionalidades: es decir, que pueden funcionar de manera inalámbrica hasta que se quedan sin batería, y luego se pueden conectar con cable.

Uso en seco y mojado

Las depiladoras eléctricas más comunes son las que se usan solamente en seco, pero hay otras que cuentan con lo que se conoce como tecnología Wet & Dry (para vello seco y mojado). Tienen una tecnología diferente que permite levantar el vello y cortarlo o rasurarlo al mismo tiempo.

Las de uso en mojado/húmedo son una buena opción para aquellas personas que tienen la piel más sensible, ya que las podrán utilizar en el agua, reduciendo la fricción que experimentamos normalmente.

Nº de velocidades

En base a la velocidad, podemos conseguir una depilación más o menos rápida. Las velocidades más bajas son aquellas que se utilizan para tratar la piel con más respecto, aunque es cierto que tardaremos más tiempo en terminarlas. En el caso de que queramos un depilado más rápido, y que no tengamos la piel débil, podremos subir la velocidad.

Ergonómico

Otra clave importante es que la depiladora sea ergonómica: que se adapte a nosotros y que no nos tengamos que adaptar nosotros a ella. Debe ser ligera, cómoda, portátil y manejable, pudiéndose utilizar en cualquier parte, siempre y cuando sea posible. Para saber si un modelo es o no ergonómico, tendrás que analizar su tamaño y peso, si la forma está adaptada a nuestras manos, además del material de confección.

Luz

No es una función imprescindible, pero si muy recomendada. La función de luz nos permitirá hacer más visible aquellos pelos que puede ser más difíciles de ver. Nos permiten rasurar el vello de la zona al completo, evitando así que quede ningún tipo de rastro.

Tecnología anti-dolor

También hay otros modelos que trabajan con tecnologías menos dolorosas, reduciendo la fricción en nuestra piel. Es cierto que son más caras, pero vale la pena en base a que casi ni notaremos que nos estamos afeitando.

Sigue estas claves y te harás con una buena máquina para depilar.