Aunque el vino rosado en la actualidad no está tan demandado como el tinto o el blanco, cada vez son más los consumidores que se decantan por esta bebida. Y es que los rosados son caldos de calidad, especialmente indicados para los meses de calor y en todo tipo de ocasiones. De hecho, muchos piensan que es la bebida más adecuada para alternar, y su carácter refrescante convence a “primera vista”.

Seguidamente vamos a hablar un poco más sobre esta variante del vino en auge, haciendo hincapié en sus excepcionales propiedades y en su capacidad para llevarse bien con todo tipo de comidas y aperitivos. ¿Empezamos?

¿Cuál es el mejor momento para tomar vino rosado?

Pues, sin lugar a dudas, con la llegada de la primavera, cuando el calor empieza a arreciar y apetecen sabores más ligeros y afrutados.

Por otro lado, el verano suele ser considerado como el inicio de la “temporada rosa”; los meses del año generalmente aceptados como el mejor momento para beber vino rosado. Entonces, perfecto, obtén tu bebida rosada hasta octubre. Pero no nos detengamos ahí, ya que el rosado está logrando infiltrarse en los hábitos de consumo de los amantes del vino incluso en los meses de invierno, siendo un excelente aperitivo  para entrar en acción antes de una comida pesada donde primaran los caldos tintos.

Cómo se puede combinar… gastronómicamente hablando

Dada su elaboración y la gran diversidad de elaboraciones, los vinos rosados se pueden combinar casi con todo, aunque, atento, la temperatura importa y mucho. Por ejemplo, si va a acompañar carnes, lo mejor es optar por un rosado bastante concentrado, servido a una temperatura no superior a los diez grados centígrados. Así, en caso de dar soporte a pescados o ensaladas, lo mejor es optar por la mitad de temperatura, es decir, cinco grados centígrados.

Quizás una buena manera de elegir el adecuado es prestar atención a todo lo demás:

– Es un compañero perfecto para patés, pescados suaves y quesos no demasiado curados, así como para la pasta.

– Es el mejor sustituto de la cerveza. Si puedes beberte una cerveza, seguro que también un rosado. Y lo mejor de todo es que reducirás la cantidad de gas que ingieres.

– El vino rosado se desenvuelve bien en excursiones gastronómicas con desayuno, ya que uno de los mejores momentos para tomarlo es por la mañana.

– El mejor amigo del cerdo. Ya se trate de embutidos ibéricos curados o platos como el roast beef, el rosado se lleva bien con los platos fríos, puesto éstos acentúan el frescor de la experiencia rosa.

– Vino rosado y marisco también resulta una pareja de ensueño. Por lo general estamos hablando de mariscos más propios de un aperitivo que de una comida seria. De este modo, las gambas, las almejas y las ostras, agradecerán tu esfuerzo de combinarlas con un vino rosado de calidad.

El vino rosado y sus variedades

Se suele pensar que el rosado no tiene inflexiones, pero en realidad su producción es muy diversa y abarca todo tipo de enfoques, que dependen en gran medida de la uva a partir de la cual se extrae el preciado líquido.

Aquí te dejamos algunos ejemplos:

– Afrutado: Son especialmente gustosos los vinos rosados producidos a partir de uva garnacha, sangiovese o pinot noir. Por otro lado, has de tener en cuenta que por afrutado no debemos entender dulce, ya que muchos rosados tienen un alto contenido ácido. Básicamente, lo mejor es beberlos durante el día, en los brunch y en los aperitivos previos a una comida ligera

– Dulce: Un adjetivo que aparece en la mente de todo el que pide una copa de rosado. Este tipo de vinos suelen estar elaborados a partir de uvas zinfandel, que le dan al caldo un sabor seco. Además se suelen aportar sabores de bayas, cítricos o melón.

– Floral: El sur de Francia produce vinos elaborados con mourvèdre. Establecen el equilibrio perfecto de frutas y notas secas de hierbas. Puedes diferenciarlos por su color rosa pálido.

– Salado: ¿Me creerías si te dijera que puedes servir un rosé con carne roja? Toma una botella de Côtes du Rhône o una botella americana hecha con la uva syrah; lucirán un color más oscuro y un sabor mucho más profundo y audaz que cualquier otro que hayas probado.

En fin, como ves hay una verdadera religión que respalda el consumo de estos, a veces incomprendidos vinos. No te limites a lo de siempre y empieza a disfrutar de la flexibilidad de los vinos rosados, especialmente con la llegada del calor.