La inflación no entiende de población

Publicado por o día 28/08/2018 na sección de Economía,Galicia

La inflación no entiende de población

A pesar de que Galicia lleva varias décadas perdiendo población y de que la teoría económica dice que el precio es el resultado del cruce entre la oferta y la demanda, los precios en alimentación parecen no darse por enterados. En una situación en la que cabría esperar que la demanda esté siendo cada vez menor, por el mencionado descenso poblacional, los precios en alimentación en Galicia llevan nueve años subiendo a una tasa considerable. De hecho, en la última década, la subida supone ya más de un 13 % siendo la gallega la segunda comunidad de España con una mayor subida tras Cataluña.

Teniendo en cuenta que la compra para la casa es el principal gasto de las familias, no sorprende que, según los cálculos de los sindicatos, la pérdida de poder adquisitivo en Galicia ascienda también a los dos dígitos y supere holgadamente el 10 % en la última década. Los precios suben, pero los salarios no.

Por su parte, muchas entidades financieras tampoco lo ponen fácil, ya que el acceso a crédito está mucho más restringido que antes de la crisis de 2008 y es difícil obtener préstamos si no se cuenta con una garantía importante.

Por otro lado, si nos alejamos de la financiación más tradicional, en España han surgido varias empresas dedicadas a la concesión de préstamos con requisitos más laxos. Podemos encontrar un buen ejemplo de ellos en el comparador Matchbanker.es donde se pueden ver las condiciones básicas de la financiación ofrecida por algunas empresas dedicadas a los préstamos online.

Algo que puede resultar muy útil ya que se calcula que, precisamente a consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo y para reducir gastos, aproximadamente el 30 % de las viviendas gallegas no cuentan con un seguro del hogar. Una reducción de costes, que puede conllevar complicaciones si aparece una avería inesperada, ya que bien es sabido que las reparaciones de fontanería, electricidad, etc no suelen ser baratas y suponen un problema suficientemente importante para el día a día como para que las familias no puedan esperar a ahorrar para afrontar el gasto.

Así las cosas, tener acceso a créditos o préstamos puede ser una salida viable, ya que permite acometer parte del gasto ahora y aplazar otra parte durante un mes o más tiempo, de modo que el presupuesto mensual se vea menos afectado por este tipo de percances.

Sin embargo, los préstamos son servicios que no deben contratarse a la ligera. Los consumidores necesitan asegurarse de que podrán devolver el dinero llegado el momento, para no tener problemas con registros de morosos y recaudadores de deuda.

En este sentido, se recomienda que las cuotas de devolución de un préstamo no sobrepasen el 35 % de los ingresos del consumidor. Por supuesto, una de las mejores formas de obtener buenas condiciones para un préstamo es comparar diferentes opciones y no conformarse con la primera oferta que sea vea, sea en internet o en la entidad bancaria del usuario. Llegado el momento de comparar préstamos, la TAE es la forma más fiable de conocer el coste relativo del préstamo, mientras que el TIN nos dará el coste bruto. Por tanto, si se van a comparar préstamos con distintos plazos, será mejor fijarse exclusivamente en la TAE y en la cantidad total a pagar en concepto de intereses.