Navegar por internet se ha convertido en una parte importante de nuestras vidas, nos apoyamos en nuestra conexión para realizar tareas que van desde el ocio hasta el desempeño laboral, y muchas veces hasta nuestras relaciones personales.

Nadie se acuerda de su conexión hasta que empieza a fallar, y es que estos pequeños fallos en tu conexión a la red pueden ser de lo más frustrantes.

• Microcortes en tu conexión

Son unos de los casos más habituales y más frustrantes. No sigifica una pérdida en la calidad de la señal, si no cortes en la conexión reducidos en el tiempo con cierta frecuencia.

En casos así es difícil que puedas arreglarlo por tu cuenta, salvo que tengas conocimientos avanzados. Ponte en contacto con tu compañía de teléfono o un técnico ya que a menudo la configuración o el modelo de tu router podrían ser los responsables

• No te llega toda la velocidad

Otro de los problemas más clásicos es que no te llegue toda la velocidad que contrataste. Para verificar esto lo primero que recomendamos es que realices un test de velocidad y verifiques si coincide (aproximadamente) lo que te llega con lo que contrataste a tu compañía. Para que la prueba sea más fiable intenta que no haya más dispositivos que exijan abundante recursos conectados al router, por ejemplo otros ordenadores o móviles descargando, o una televisión reproduciendo en streaming.

Si te llega menos de lo contratado y estás conectado por cable ethernet no tienes mucho margen para operar; así que puedes ponerte en contacto con tu compañía telefónica para ver que solución te ofrecen. 

Si, por el contrario, detectas que tu velocidad wifi es inferior a la que tienes contratada los problemas pueden ser más variados. El problema podría venir desde tu compañía a la arquitectura de tu casa, pasando por el modelo de router o de con cuantas personas compartes la conexión.

En cualquier caso te recomendamos que hagas pruebas con el test de velocidad y compruebes si te llega lo mismo con cable que con wifi o si en distintos puntos de tu casa u oficina cambia la velocidad. 

• No te cargan algunas páginas, juegos o aplicaciones

Si detectas que el problema no es general para todas tus funcionalidades, pero en algunas páginas, juegos o aplicaciones tienes algún tipo de error, como que no se abran o le falten funcionalidades; es probable que el problema venga derivado del software, y no del hardware.

Es recomendable en estos casos que compruebes si tu firewall está bloqueando estas funciones, intenta mirar qué programas o drivers necesitas para ejecutar la aplicación que quieres abrir y verifica que tengas todos actualizados. 

Si el problema te da un mensaje de error, intenta copiarlo y pegarlo en Google; es habitual que otros internautas hayan tenido el problema antes y encuentres contenido específico para resolverlo.

Aunque es un problema para cualquier tipo de internauta, los que jueguen a videojuegos online son los que se verán más identificados con este problema. Este ping elevado o “lag” es el responsable de que el tiempo de respuesta de tu conexión sea más lento de lo normal, algo que puede destrozar la experiencia de juego. 

Muchos factores pueden influir en la latencia, pero mejorar tu tarifa de red, no saturar la conexión (desconexión, vídeos, streaming… ) o usarlo en horas en las que no haya otros usuarios conectados podrán mejorar tu experiencia de navegación.

• El lag: ping y latencia elevados

El ping representa el tiempo que tardan en responderse un equipo en conexión local con uno remoto y la latencia define la inmediatez de nuestra conexión. Esto se traduce en que si tenemos estos factores elevados tendremos un tiempo de respuesta lento.

En caso de uso normal de la conexión como puede ser navegar por la red o chatear, apenas tendrás problemas teniendo un ping y latencia altos; en el caso de videojuegos o de estar en una videoconferencia, la cosa cambia y a partir de ciertos niveles será inviable que puedas continuar con tu actividad.

Estudiar el problema y buscar soluciones

Lo mejor es mantener la calma e ir profundizando en el problema.  Siempre puedes asesorarte contactando con tu compañía telefónica o con un técnico cualificado; pero mientras más definido tengas el fallo, más fácil será para ellos ayudarte y ofrecerte soluciones.