1. El renacer del Camino
¿Siempre has querido pero nunca has encontrado la oportunidad de hacer el Camino de Santiago? Es un gran momento pues ha recuperado su popularidad tras la pandemia, con más peregrinos y motivaciones. Has de saber que las cifras de compostelas volvieron a crecer en 2023 y en 2024, y en 2025 la tendencia se sostiene, con picos mensuales que reflejan un interés sostenido por peregrinar, en especial en viajeros internacionales.
Se impone, además, el “viaje con propósito”: caminar, reconectar y disfrutar de la cultura local. No solo se trata de llegar a la Plaza del Obradoiro, sino de darle un sentido a cada etapa: escuchar sus acentos, probar productos de temporada, detenerse en un pazo o en un puerto pesquero.
La Oficina de Peregrino confirma el peso creciente de las rutas portuguesas dentro del conjunto, que ya disputan protagonismo al popular Camino Francés. Este último mantiene su hegemonía histórica, pero el conjunto de itinerarios portugueses -y sobre todo su variante por la costa- fortalece año tras año su atractivo por su carácter atlántico y su ritmo más pausado.
2. La variante portuguesa por la costa
Cada año más caminantes eligen recorrer el Camino Portugués por la costa, uno de los trayectos más escénicos y tranquilos del Camino de Santiago. Si eliges el recorrido por el litoral podrás disfrutar de un itinerario amable: pasarelas de madera a la sombra de dunas, acantilados azotados por el Atlántico, monasterios frente al mar y pueblos que huelen a sal y parrilla. Todo esto atrae a cada vez más peregrinos por su autenticidad y menor masificación. Tiene un clima más templado, una señalización mejorada y una conexión sencilla con el transporte local.
Desde A Guarda y Oia, doblando Cabo Silleiro, la ruta abre la ría de Vigo y encadena villas y playas antes de reenganchar con el interior en Redondela. Es un trazado escénico, con desniveles moderados y buena infraestructura de servicios, que combina patrimonio y gastronomía sin perder autenticidad.
La Xunta de Galicia ya cifró en casi 75.000 los peregrinos por la costa en 2024, y 2025 apunta aún más alto. El tirón extranjero es notable y el inicio en Porto o Baiona añade accesibilidad y diversidad de etapas.
3. El espejo de Dubrovnik y el reto del crecimiento
¿Sabes qué tienen en común el Camino de Santiago y Dubrovnik? Ambos viven un crecimiento sostenido por su combinación de mar, patrimonio y autenticidad.
La experiencia de Dubrovnik –joya adriática y referente europeo por su belleza amurallada- muestra cómo la popularidad puede convertirse en un desafío. La ciudad tuvo que gestionar el turismo masivo para preservar su identidad.
La ciudad croata activó hace años el programa “Respect the City”, limitó la concurrencia de cruceros –hasta dos simultáneos- y ordenó los horarios para aliviar el casco histórico, entre otras medidas que hoy forman su hoja de ruta hacia la sostenibilidad.
Galicia puede aprender de ese modelo: planificar con datos, distribuir flujos por temporadas y por horarios, reforzar el transporte público y la gestión de residuos y apostar por los negocios locales que cuidan el territorio. Todo ello para promover un crecimiento equilibrado y sostenible.
La clave está en crecer sin diluir la esencia del Camino: el paso humano, el silencio de las mañanas, la conversación con quien sirve un caldo o sella la credencial, el respeto por las zonas sensibles y por quienes viven y trabajan en ellas.
Los dos destinos comparten fortalezas: su conexión emocional con el mar, el protagonismo de la gastronomía local, la riqueza patrimonial y el ritmo pausado del recorrido. Pero también comparten un reto común: conservar su esencia frente al turismo de masas. Este desafío lo está afrontando de forma muy eficaz la ciudad de Dubrovnik en Croacia, referente europeo por su belleza costera. Así, su gestión del exceso de visitantes ilustra los desafíos que afrontan los destinos que combinan patrimonio y atractivo natural.
4. Vigo, pilar ineludible del recorrido
Todos los que conocemos bien Vigo sabemos que es la puerta natural del Camino costero en Galicia y también la base logística para la mayoría de las etapas. Te recomendamos dedicar una jornada a recorrer Baiona y Vigo, pues disfrutarás de vistas a la ría, playas urbanas y barrios que todavía combinan industria y vida marinera. Además, no te llevará mucho esfuerzo pues se trata de uno de los tramos más fáciles de abordar del itinerario. Y la salida de la ciudad al municipio de Redondela vuelve a juntar costa e interior antes de Pontevedra. La presencia de albergues y hostelería diversificada permite abordar el ritmo al tiempo disponible de cada caminante.
En lo que a movilidad respecta, la ciudad suma el aeropuerto conectado por bus urbano, las estaciones de ferrocarril intermodal y las líneas regulares con Baiona, A Guarda, Tui o Redondela, lo que te permitirá escalonar etapas y diseñar itinerarios modulables para gallegos y visitantes.
La ruta desde Baiona, además, entrelaza mar y cultura local: pazos, cruceiros, tejidos urbanos que abren hueco al agua y una expresión gastronómica que se vive sin prisa.
Si decides hacer esta variante del Camino contribuirás a un crecimiento responsable del turismo y a la sostenibilidad de toda la zona. Pondrás tu granito de arena en el objetivo de cuidar más los senderos y comunidades para que el Camino siga siendo, sobre todas las cosas, camino.
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