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La Xunta actualizará el catálogo de bienes en servidumbre de protección de Dominio Público Marítimo Terrestre para otorgar mayor seguridad jurídica a la recuperación del patrimonio construido al amparo del proyecto de Ley de ordenación y gestión integrada del litoral de Galicia, cuya aprobación por parte del Parlamento está prevista para este año.
Segundo dijo hoy la conselleira de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, Ángeles Vázquez, durante una visita a una antigua fábrica de salazón en Muros, el objetivo es elaborar un catálogo más ambicioso, actualizado y adaptado al dispuesto en la noticia normativa para que las edificaciones localizadas en el litoral gallego tengan muchas más facilidades para poder realizar una intervención que les devuelva la vida, que ponga en valor nuestro patrimonio y que evite que estos inmuebles sigan deteriorándose y sin ninguna función.
Hace falta recordar que en 2021 la Xunta ya presentó un primer catálogo que recogía 361 bienes con valor ambiental, patrimonial o arquitectónico localizados en servidumbre de protección de DPMT, que ahora será actualizado en base a la nueva ley, que incluye como una de sus principales novedades a identificación de actuaciones estratégicas, entre las que figura, precisamente, la recuperación del patrimonio cultural.
Después de agradecer la colaboración de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cultural Gallego (Apatrigal) en este ámbito, Ángeles Vázquez explicó que el Gobierno gallego pretende que este catálogo sea una herramienta útil y consensuada de cara a la puesta en valor de las edificaciones en el litoral que están en desuso en la actualidad.
Precisamente la antigua fábrica de salazón de la familia Legarda, que visitó hoy la conselleira, es uno de los inmuebles que podría tener un nuevo uso. Fue construida en 1916 y estuvo en funcionamiento hasta los años 80. La fábrica de conservas originariamente tenía una parte central, que estaba dividida en cuatro pabellones ocupando una superficie de 2.080 m2 y entrada polo sur. Poseía, además, unas viviendas para el encargado y propietarios por la banda noroeste. La zona de salazón, que era una actividad secundaria en la fábrica, estaba en cesión administrativa y tenía unos 670 m2, donde estaban las pilas de cemento para salar sardina.
