Cuando pensamos en hacer una compra al por mayor, siempre se nos vienen a la cabeza dos cosas: por una parte, grandes cantidades de mercancía y, debido a esto también, precios más bajos.

Sin embargo, a la mayoría de las personas de a pie, aquellos que no tenemos una empresa que compre a mayoristas, hacer este tipo de negocios nos parece arriesgado o absurdo porque no vamos a comprar tanta cantidad de productos.

Los mayoristas nacen de una necesidad dada por los minoristas. Muchas veces, cuando una empresa tiene muchos clientes minoristas y estos están muy esparcidos geográficamente (a veces incluso en países distintos) es muy difícil organizar la logística y los gastos se hacen inabarcables.

En estos casos es cuando surgen los mayoristas. Se encargan únicamente de atender a los minoristas y distribuirles los productos de otras empresas, por lo que los costos se reducen y la organización se hace mucho más llevadera.

¿Qué es ser mayorista?

Ser mayorista significa ser un componente más en una cadena de distribución de productos, sean del tipo que sean. Podríamos decir que un mayorista es un intermediario entre el fabricante del producto y el comprador.

De esta forma, un empresario que produce, por ejemplo, discos duros, se pone en contacto con alguna empresa de mayoristas informáticos para que distribuya sus productos.

A continuación, la empresa mayorista se encarga de enviar los productos a los minoristas que compran. Para entenderlo mejor, hemos preparado este esquema:

Fabricante (Produce el producto) >> Mayorista (Distribuye el producto) >> Minorista (Vende el producto al cliente final)

En definitiva, un mayorista podríamos decir que es un paso intermedio entre la persona que tiene la materia prima para fabricar un producto y la persona que se encarga de venderlo a los clientes finales en la calle.

El mayorista, por consiguiente, cumple dos funciones:

• Comprar: compra el producto al fabricante en grandes cantidades para reducir el coste.
• Vender: vende el producto a otro mayorista o a un minorista.

Tipos de mayoristas

Dentro de los mayoristas existen al menos dos tipos, según dos criterios:

• Localización: pueden ser de origen (lugar donde se produce el producto) o de destino. Por ejemplo, mayoristas de origen serían los que trabajan en las lonjas de pescado. Los mayoristas de destino serían los que, a pesar de no ejercer su actividad en la ciudad donde se subasta el pescado, reciben la mercancía para revenderla después en otra ciudad.
• Vinculaciones: según trabajen con un asociación de comerciantes (centrales de compras) o traten, de forma independiente, con otros mayoristas o minoristas.

Ventajas de hacer compras a mayoristas

• Precios más baratos: más cantidad de productos, menos precio.
• Menos embalaje: que es igual a más producto.
• Ahorro de tiempo: no es necesario que el productor planee estrategias de ventas; de eso se encarga el mayorista.
• Compras comunitarias: varias empresas pueden unirse para ahorrar costes.
• Revender los productos: si compras a una empresa mayorista, los productos te saldrán más baratos y podrás tener más margen de beneficio.
• Diversidad de productos: la gama de productos a los que se puede acceder es mucho mayor.
• Mayor posibilidad de encontrar clientes: es más fácil porque todas las grandes empresas necesitan comprarle productos a mayoristas.

Inconvenientes de hacer compras a mayoristas

• Desaparición de los intermediarios.
• Incremento de ciertos costes: transporte, almacenamiento…
• Necesidad de tener un almacén para la mercancía.
• Intermediarios: cada uno quiere su beneficio, por lo que al cliente final le puede salir más caro el producto.
• Productores: bajan los precios de sus productos para no perder clientes.
• Incertidumbre: el productor no sabe cómo recibirá el cliente final su producto ni si el minorista sabrá venderlo.
• Las gestiones administrativas son más costosas.

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