En el ámbito de la búsqueda y selección de los proveedores el peso de los costes que generan para la organización tienen un peso específico. No obstante, las últimas tendencias en gestión eficaz empresarial están volviendo la vista hacia la tecnología y el Big Data como medios para garantizar una administración con criterios de eficacia, que van mucho más allá de los costes directos habituales, ya que incluyen, entre otros, el rendimiento del proveedor y su rendimiento como elemento individual dentro de los procesos de la empresa. Para ello, se establecen una serie de auditorías que evalúan estas aportaciones.
Hasta ahora, las auditorías de proveedores eran solicitadas por norma general para evaluar cuál era el nivel de madurez de los sistemas internos de calidad en relación a los requerimientos de la industria correspondiente.
De una forma clarificada, las auditorías de calidad de los proveedores cumplen la función de evaluar la capacidad del proveedor para satisfacer la demanda del cliente en situaciones mantenidas en el tiempo y en situaciones de solicitudes masivas. Asimismo, también es habitual establecer una auditoría como medio para identificar oportunidades claras de mejora.
El estándar VDA 6.3
No cabe ninguna duda de que las auditorías de procesos internos son ingredientes altamente efectivos para establecer oportunidades de mejora en la eficiencia en el uso de los recursos empresariales. A pesar de que, por su propia naturaleza, estas auditorías dependen mayoritariamente de procedimientos internos, lo cierto es que las industrias han avanzado en la implantación de una serie de estándares y procedimientos que ayudan a los auditores en su labor diaria.
Entre estos estándares destaca el VDA 6.3. Este sistema incluye una guía que marca el camino a los auditores para analizar el proceso y garantizar una evaluación plenamente transparente, y, sobre todo, más ágil. Entre las grandes ventajas de establecer el VDA 6.3 como método de estandarización de las auditorías a los proveedores, destaca su fácil integración con los sistemas evaluativos que pueda tener ya desarrollada la organización. Por su puesto, existe la opción de crear una estandarización de auditorías completamente nuevo, partiendo de cero y adaptándolo a las particularidades, necesidades y expectativas de cada empresa.
Tal es la aceptación que está encontrando el desarrollo de formulaciones de auditoría mediante VDA 6.3 que la demanda de cursos para la formación de los auditores internos se ha disparado en el último año, y para 2017, las previsiones de las consultoras de calidad son aún más halagüeñas, esperando cifras records, que vienen a certificar la aceptación y el valor que aporta este sistema auditor a la gestión de los proveedores.
Y es que a diferencia frente a lo que aporta el ISO/TS 16949 está más enfocada hacia los requerimientos específicos del cliente y cómo actúa el proveedor para cumplirlos. Las estrategias más habituales pasan por utilizar producción individual, optar por la producción en serie y en servicios. Asimismo, la función de categorización que suma VDA 6.3, la hace especialmente atractiva para cualquier industria, si bien está especialmente valorado dentro de la industria de la automoción.
En ella, el único estándar de calidad mundial reconocido y aceptado como válido es el ISO/TS 16949:2009, si bien los estándares VDA están mostrando un gran empuje, sobre todo en empresas alemanas.
¿Cómo es la auditoría de procesos VDA 6.3?
Se parte del hecho de que entre los valores que audita el sistema VDA 6.3 se encuentran los procesos internos asociados al desempeño, los incumplimientos registrados, las competencias del personal del que dispone tanto la empresa como el proveedor, así como las capacidades de producción de éste, entre otras.
Mediante la categorización de los elementos intervinientes en diferentes áreas -que son Project Management, Diseño de producto y planeación de procesos, Diseño de producto y realización del proceso, Gestión de proveedor, Proceso de producción y Atención y satisfacción del cliente-, el auditor ejecuta la evaluación de cada unos de los procesos según los inputs que les afecten y las preguntas pertinentes.
Cada una de estas áreas y cada una de las preguntas que formula el auditor, obtiene un valor que será el indicador válido a la hora de elaborar el informe final del proveedor.
En definitiva, el estándar VDA 6.3 aporta un marco organizado y sistemático para el análisis de la situación de los proveedores actuales de cualquier empresa, además de ser una herramienta extremadamente útil para establecer sistemas eficientes de búsqueda de nuevos proveedores que se ajusten a la necesidades y realidades de la organización, ahondando con ello en la utilización eficaz de los recursos, limitados, de los que dispone.
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