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En todo el país el cáncer de pulmón afecta a miles de personas cada año y provoca una muerte cada 20 minutos. Si bien la mayoría de afectados son fumadores habituales, lo cierto es que existe un enemigo silencioso que provoca buena parte de los cánceres de pulmón: hablamos del gas radón.
En nuestro país es en Galicia donde se registra una de las mayores concentraciones de gas radón en las viviendas, un peligro que puede controlarse y combatirse si se averigua dónde está el gas radón. Lo cierto es que el gas radón produce cáncer y que, aunque no tiene olor, sabor ni color, este gas resulta peligroso para la salud.
¿Cómo entra el gas radón en los hogares?
El gas radón es un contaminante natural que emite el subsuelo y que se produce después de que el uranio se desintegre. Este elemento está en rocas y suelos de todo el mundo e incluso se puede encontrar en el agua, pero una exposición continuada al mismo en el hogar puede estar detrás de la aparición de un cáncer de pulmón.
El suelo emana el gas radón y así pasa al aire que respiramos. Cuando el subsuelo de nuestro hogar cuenta con una cantidad importante de radón, éste se deposita en las vías respiratorias dañando el ADN y provocando a medio o largo plazo un cáncer de pulmón.
El sustrato geológico en el que se encuentra la vivienda es determinante para conocer la cantidad de gas radón que puede emitir y existen mapas con localidades donde se han detectado grandes concentraciones así como en las que el riesgo es muy bajo.
La detección, medición y eliminación del gas radón en los edificios es posible gracias a los equipos de empresas especializadas, algo especialmente importante en regiones como Galicia.
Galicia, la comunidad autónoma más afectada
El territorio gallego es muy rico en uranio en el subsuelo y ello provoca las mayores emanaciones de gas radón en las viviendas de todo el país. La Universidad de Santiago de Compostela ha realizado estudios al respecto con más de 1.500 afectados de cáncer de pulmón que nunca antes habían fumado.
Al menos un 10% de las viviendas de Galicia están afectadas por el gas radón en el subsuelo y el 70% del territorio está afectado. Una persona que viva en una vivienda con elevados niveles de gas radón recibe cada año el equivalente a un TAC anual, con la entrada en el organismo de elementos radiactivos que esto supone.
Las concentraciones de gas radón en las viviendas se miden en becquerelios y una concentración superior a 300 becquerelios es considerada perjudicial para los habitantes de ese espacio. Por suerte existen empresas especializadas en encontrar las vías a través de las cuales el radón emana al aire de las viviendas, lo que permite tomar medidas para mitigar esta situación y disminuir de esta manera los niveles de radón de manera considerable.
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