Intervención del presidente de la Xunta de Galicia como delegado regio en la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago

Publicado por o día 25/07/2023 na sección de Santiago,Social

Intervención del presidente de la Xunta de Galicia como delegado regio en la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago

Pocos honores son equivalentes al de ejercer como Delegado de Su Majestad el Rey Felipe VI en esta Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago. En una época en la que se concede un valor absoluto a símbolos cuyo significado es muy discutible, me enorgullece poder transmitir aquí los respetos de todo el pueblo español a nuestro Patrón.

Al igual que el peso de cualquier responsabilidad, la que supone debutar como delegado regio en esta celebración es más liviana cuando es compartida. Esta es también la primera ofrenda que preside el arzobispo Francisco José Prieto, al que quiero agradecer su cálida acogida en esta Catedral y desearle la mayor de las suertes en su desempeño.

La ejemplar transición que se vivió en la archidiócesis de Santiago de Compostela, la más grande de Galicia y una de las más significadas de España, supone un ejemplo para todos, dentro y fuera de la Iglesia.

Estos últimos días, los españoles comenzamos una nueva etapa en esta senda compartida que es nuestro país. Como sabe cualquier buen caminante, cuando un grupo afronta una bifurcación no debe dividirse ni quedar paralizado por las naturales incertidumbres o por el miedo. Sea cual sea la alternativa que se tome, resultará más árida y pedregosa cuando los primeros pasos parten o podrían partir de la fractura o de la desafección.

La figura del Apóstol Santiago ejerce como recordatorio perenne de la importancia de que España y Galicia sigan avanzando unidas. Un país en paz consigo mismo supone que las saludables y legítimas diferencias de pensamiento, de prioridades, de intereses particulares, de origen o de fe religiosa no puedan impedir jamás que encontremos la manera de cogernos las manos para seguir avanzando unidos.

Las instituciones, nacidas de la soberanía popular, que se conformarán en las próximas semanas, acertarán siempre que antepongan el bien común de los ciudadanos a cualquier otra consideración. Nada puede estar por encima de todo lo que une a los “españoles de ambos dos hemisferios”, tomando prestada la hermosa expresión de la Constitución de Cádiz.

 

Los responsables públicos debemos tener siempre presente que, en el ejercicio de nuestro cargo, no nos representamos a nosotros mismos, ni tampoco solo a nuestros afines. Somos abogados defensores de la pluralidad, y eso implica muchas veces que la individualidad deba pasar a un segundo plano. Este acto de generosidad hacia los demás, y muy especialmente hacia los distintos, es más poderoso que cualquier otro gesto de autoafirmación.

Recuperar el valor de los símbolos en los que cabemos todos, reforzar la credibilidad de los representantes electos, proteger a quién necesita amparo y promover un progreso racional y equilibrado deben ser los objetivos que nos unan en este nuevo tramo del Camino.

La plaza del Obradoiro, testigo y protagonista a la vez del desarrollo de Galicia y de España a lo largo de tantos siglos, ejerce con una intensidad que va a más cada año de plaza mayor de Galicia, de España y de Europa.

Cada vez son más los distintos acentos que se entrelazan frente a esta Catedral, en una hermosa trama de conversas. Su densidad evidencia que no ha dejado de crecer el número de personas que emprenden la ruta cuyo final de trayecto es el sarcófago del Apóstol.

El Camino de Santiago registra una afluencia al alza, que constata no solo la recuperación del turismo después del súbito parón de la pandemia, sino también, y mucho más importante, resalta ciertos principios que algunos creían ya olvidados. La introspección, la calma, la búsqueda interior, el sacrificio o el compañerismo se convierten en valores absolutos a lo ancho de cada una de las etapas.

La Ruta Xacobea se convierte así en un remedio a la frivolidad, al egoísmo y a los peores usos y costumbres del mundo que nos ha tocado vivir. El Camino se confirma como un bastión de la vida tranquila, sensata y reflexiva en medio de todo este barullo del siglo XXI. Hoy más que nunca, creo que podemos decir que el estilo de vida del peregrino no es ni mucho menos un vestigio del pasado, sino un deseo hacia el futuro.

Esta red de caminos que ha ido impregnando a Galicia de Europa y también a Europa de Galicia es hoy la mejor embajadora de nuestra tierra ante el mundo entero. Los responsables públicos debemos seguir trabajando para promoverla, para protegerla y para evitar que se desvirtúe.

A lo ancho de estas arterias xacobeas que recorren el continente nos llegan ecos de muchas culturas, de todas las culturas, incontables ejemplos de lealtad y fraternidad, muchos de ellos anónimos, pero muy importantes.

Pero también nos llega, y por desgracia, nos sigue llegando, el sonido metálico de esa guerra que todavía se sigue librando en el este de nuestro continente. No olvidemos nunca a los inocentes que siguen sufriendo y sigamos trabajando para que esta contienda llegue cuanto antes a su fin.

Nuestro pensamiento debe estar también siempre, pero hoy especialmente, con las víctimas del accidente ferroviario que nubló una noche del Apóstol de hace hoy diez años. Para las familias de los que ya no están entre nosotros, para los que sobrevivieron a aquel siniestro y para todos los profesionales y voluntarios que aquellos días trabajaron y velaron por las víctimas, vaya nuestro respaldo y nuestra reclamación de Justicia.

En nombre de Su Majestad el Rey Felipe VI, le pido ayuda al apóstol Santiago para que, en su doble condición de Patrón de España y de Galicia, ayude a nuestro pueblo a avanzar con prudencia, pero también sin vacilaciones, por el Camino de la Historia.

Que, bajo la tutela de la Corona, podamos construir entre todos, y sin excepciones y con independencia de los credos, una Nación abierta, una Nación próspera y una Nación acogedora, en la que cada español y cada gallego encuentre el mismo confort, la misma emoción y la misma paz que sienten los peregrinos cuando, al llegar a esta Catedral, contemplan por pprimera vez en muchos casos volar el Botafumeiro.

Apóstol Santiago, protege a España, protege a Galicia. Feliz Día de Santiago. Feliz Día de Galicia.

Comentar noticia

Your email address will not be published.