Un año más, la protección infantil es un reto en Europa

Publicado por o día 23/03/2018 na sección de Social

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En Europa se despidió el pasado 2017 con gran cantidad de proyectos y desafíos. Entre estos últimos se encuentra la lucha contra la pobreza y la explotación infantil, los cuales son fenómenos que afectan a más de 30 millones de niños de todo el continente.

Los análisis presupuestarios, los gastos en defensa, las relaciones exteriores, la salida del Reino Unido y las operaciones militares en Oriente Medio, son temas que captan la atención de los 28, hasta el punto de dejar a un lado a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, olvidando los efectos negativos de sus acciones sobre una generación que crece entre conflictos y diversas necesidades.

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2017 se fue sin avances importantes en la protección de los niños y niñas

Por todo lo anterior, 2017 transcurrió como otro año más sin acciones contundentes que contribuyan a la lucha por la protección infantil alrededor del mundo. Y es que a pesar de que se trata de un compromiso recogido a nivel internacional, este es continuamente relegado.

Por desgracia, son muchos los menores en todo el mundo para los cuales, la llegada del nuevo año no supone unas mejores condiciones de vida y la ruptura del círculo de la pobreza. Lejos de esto, solo se espera la continuidad de su realidad, de la que no pueden salir por sí mismos y que les deja grandes secuelas a nivel tanto físico como psicológico.

¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan los niños y las niñas?

Los abusos sexuales, la violencia, el tráfico humano, los trabajos forzados, la xenofobia, la migración obligatoria, la discriminación, el matrimonio infantil y la falta de acceso a la salud y la educación. Estos son algunos de los principales problemas a los que se enfrentan diariamente aquellos que no tienen aún la edad suficiente para entender de ambiciones políticas.

Y es que, a pesar del reclamo constante por parte de organizaciones humanitarias, la inacción de la sociedad y las tardanzas a la hora de hallar soluciones alargan la incertidumbre y los padecimientos de los más pequeños, quienes muchas veces son abandonados por sus tutores, e incluso maltratados por estos.

Datos que corroboran lo alarmante de la situación

La Organización Internacional del Trabajo estima que 152 millones de niños y niñas de todo el mundo (es decir, casi uno de cada diez) se ven obligados a trabajar para su propia subsistencia. Una tercera parte de ellos no se encuentran incluidos en sistemas escolares.

Esta entidad ha alertado también de que en torno a 22.000 niños y niñas fallecen cada año por llevar a cabo tareas que no son propias de su edad, desconociéndose la cifra exacta de lesionados o enfermos por estos mismos motivos. De la misma manera, se advierte de la posibilidad de que, si se mantiene esta tendencia, 121 millones sigan siendo víctimas de ese fenómeno para el año 2025.

Según la OIT también, la mayoría de los menores que se encuentran en esa situación están en África. Si bien es cierto que Europa no escapa a este fenómeno, teniendo en cuenta que 27 millones de sus niños y niñas siguen estando en riesgo de pobreza, y casi 6 millones son obligados a trabajar.