Ética y reflexiones cristianas

Publicado por o día 05/12/2016 na sección de Hogar

Ética y reflexiones cristianas

Las raíces de La Ética Cristiana así como los valores morales que la misma conlleva son un legado de Jesucristo al Evangelio, cuya máxima principal es hacer el bien por encima de todo mal.

A este respecto, es conveniente señalar que aquellos que hacen el mal con sus acciones están participando también de una ofensa a Dios, ya que él, cual ser divino, ha sido el encargado de establecer las normas que hacen de una conducta humana la correcta.

Estrechamente relacionada con La Ética Cristiana y los principios morales que la misma profesa, se encuentra el hecho de la concepción cristiana del mundo y del hombre, según la cual éste último fue creado a semejanza de Nuestro Señor Jesucristo.

Para todos aquellos que busquen la bendición de Dios, la mejor manera de alcanzarla es mediante la práctica de las Reflexiones Cristianas bíblicas, que sirven tanto para la meditación como para el crecimiento personal de la persona.

Siendo estos pensamientos cristianos el mejor alimento para el espíritu, es necesario forjar la personalidad de nuestros jóvenes en ello, para que así se conviertan en adultos de provecho conforme a la bondad de Dios.

La importancia de dar, de amar y compartir, así como la de servir al prójimo, el poder de la paciencia o la fe, son algunas de las condiciones que deben darse en las reflexiones religiosas y que vienen recogidas en diferentes versículos de la Biblia.

Es también por medio de la oración que conocemos la palabra de Dios, ésa que invita a la reflexión y que nos sirve de guía. La oración es a Dios, lo que el respirar a la vida.

En base a todo ello, se debe precisar que la esencia de la moralidad cristiana radica en el amor. Un amor que debe ser profesado al prójimo sin condiciones, premisa que se deduce de distintos mensajes del libro sagrado, tal que:

“Por sobre todas las cosas, ámense los unos a los otros, porque el amor cubre infinidad de pecados” . Pedro 4:8.

Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. Juan 4:7 -8.

Dado, por tanto, que todo principio o valor de ética cristiana radica en el amor a Dios, es necesario seguir de cerca los patrones de conducta marcados por Nuestro Señor en la Biblia, donde se encuentran las raíces de la moralidad cristiana.