Las temperaturas comienzan a bajar y las precipitaciones abundan. El verano ya se ha despedido para dar paso al otoño y al invierno, dos estaciones que se caracterizan por un frío que cambia nuestro ritmo de vida por completo. Tanto, que nos obliga a gastar especial cuidado con nuestros coches si no queremos que pasen por el taller con más frecuencia de la que nos gustaría.
Pequeños hábitos a tener y mantener a diario para cuidar el vehículo como es debido, sobre todo si no se aparca en una plaza de garaje. Consejos que dan especialistas como los de la web de este taller sevilla, especializado en mecánica, chapa y pintura. Tanto sus profesionales, como los de cualquier otro negocio similar, coinciden en que esta época es una de las más peligrosas para el automóvil en todos los sentidos. Y es que el frío puede no ser algo visible, pero sí que es un agente que actúa silenciosamente.
Existen muchas formas de proteger tu automóvil frente al peligroso frío invernal, y aquí vamos a repasar los consejos más esenciales para conseguir que esté completamente seguro, incluso si no “duerme” en un garaje. Síguelos para asegurarte de que tu coche se conserva en el mejor estado posible incluso a pesar de las inclemencias invernales y otoñales.
Cómo proteger el coche del otoño y del invierno
Las bajas temperaturas de la época otoñal y, sobre todo, la invernal, obligan a prestar especial atención a diferentes aspectos de tu automóvil. Cualquier experto en mecánica y con conocimiento automovilístico en profundidad coincidirá con los consejos que vamos a darte. Síguelos a rajatabla y podrás asegurarte de que tu vehículo no te dará sorpresas desagradables antes de que vuelva la primavera.
Comprueba el líquido refrigerante con frecuencia
El líquido refrigerante circula por varios de los conductos principales del motor del coche para poder climatizar el interior de tu vehículo y permitirte que controles la temperatura en él. Es algo a lo que hay que prestar especial atención, sobre todo cuando se acerca el frío más duro, ya que, en el caso de que se estropee, puede llegar incluso a romper tu motor.
Compruébalo con frecuencia y mira el color que tiene. Si se mantiene el rojo, el amarillo, el verde o el que tenga habitualmente, todo está en orden; no obstante, si va perdiendo la tonalidad y volviéndose transparente, es el momento de que lo renueves si no quieres tener problemas. Una avería de motor es de lo peor a lo que te puedes enfrentar con tu vehículo.
Deja los limpiaparabrisas levantados
Si no tienes plaza de garaje y tienes que dejar que tu automóvil “duerma” en la calle, es muy aconsejable que levantes las escobillas de los limpiaparabrisas en esta época, sobre todo si vives en una zona donde frecuenten las heladas y las lluvias nocturnas. En el caso de que no lo hagas, es bastante posible que la goma de estas escobillas se quede pegada a cualquiera de las lunas y que, al intentar mover los limpiaparabrisas, se rompa y queden totalmente inutilizables.
Además de mantener estas escobillas levantadas en esta situación, también es buena idea usar un buen líquido limpia-parabrisas que logre mantenerse en estado líquido a temperaturas bajo cero.
Chequea el sistema de calefacción
Ya te hemos explicado la importancia de revisar el líquido refrigerante y anticongelante del motor, pero también es importante comprobar que todo el sistema de calefacción funciona como es debido. Se pueden producir pequeños residuos que se acumulan en los conductos y los radiadores debido a la circulación del líquido, y eso puede hacer que, sobre todo el radiador de calefacción, se obstruya y deje de funcionar.
Comprueba que sale aire caliente de los conductos de calefacción de tu coche para ver que todo está en orden. Si no es así, el agua no está circulando bien y es síntoma de que hay un problema en los circuitos internos. Debes tomar medidas cuanto antes o acabarás teniendo problemas que pueden llegar a afectar al motor.
Aprovecha el ralentí para calentar el motor
Todos los líquidos internos del coche sufren por la bajada de las temperaturas, y eso es algo que se percibe a simple vista en el momento que arrancas por la mañana el coche. Si eres de esas personas que tienen que cogerlo para trabajar o, simplemente, debes conducir a primera hora, es aconsejable que dejes el automóvil encendido unos minutos y a ralentí, sin obligarlo a entrar en movimiento.
De esta forma, al alcanzar cierto nivel de temperatura, todos los fluidos como el líquido de dirección o el aceite, alcanzan su temperatura normal y pueden funcionar como es debido. Si tu motor es Turbo, de hecho, es sumamente importante para que lubrique adecuadamente.
Todo esto puede alargar considerablemente la vida útil de tu vehículo y, sobre todo, hacer que las visitas al taller se reduzcan considerablemente en estos meses en los que tanto se complican las cosas por el cambio del clima. Las precipitaciones, las nevadas y, sobre todo, las bajadas de temperaturas son agentes que afectan seriamente a cualquier dispositivo o conjunto mecánico, sobre todo a algo tan complejo como un coche.
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