El mercurio en el pescado fue la primera causa de notificación de alertas en 2019

Ecologistas en Acción recopila todas las notificaciones sobre contaminación por metales pesados en los alimentos y piensos.
Publicado por o día 08/07/2020 na sección de Alimentación,Ecologistas en Acción,Medio Ambiente,Social

El mercurio en el pescado fue la primera causa de notificación de alertas en 2019

Como cada año, desde que inició su publicación hace 15 años, Ecologistas en Acción recoge los datos publicados por el sistema de alerta rápida para piensos y alimentos (RASFF por sus siglas en inglés). Las notificaciones presentadas durante 2019 por metales pesados afectan a todo tipo de alimentos e incluyen, además del mercurio, a otros metales pesados como el cadmio o el plomo.

Durante el año 2019 el número de notificaciones por metales pesados en los alimentos fue de 130, el mismo que en el año anterior. Como viene siendo habitual, afectó a todo tipo de alimentos, siendo la presencia de mercurio en el pescado y otros productos pesqueros la primera causa de notificación y, en la mayor parte de los casos, con origen español.

De las 130 notificaciones presentadas, 63 fueron de alerta, lo que supone un ligero incremento sobre los 57 del año 2018. Esta notificación de ‘alerta’ se envía cuando presenta un riesgo grave el contacto con un alimento, pienso o material que está en el mercado y cuando es, o podría ser, necesaria una actuación urgente en un país distinto al país notificante.

Del total de las notificaciones, 72 fueron por contenido en mercurio en pescado y otros productos pesqueros. Y de esas 130 notificaciones, 42 casos de superación de mercurio en pescado tuvieron como origen España, la mayor parte de las cuales fueron notificadas por Italia (34). De estas últimas, 23 fueron alertas, superando las 16 del año anterior.

España sigue en la situación de inclusión permanente entre los diez primeros países con más notificaciones en los últimos años.

Según Ecologistas en Acción, la situación es aún más grave de lo que muestran los datos, ya que los límites establecidos por la UE son menos estrictos que los establecidos por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), y referidos a la ingesta máxima semanal de metilmercurio (1,6 microgramos por kg de peso corporal por semana). Este criterio se ha establecido para proteger al feto en desarrollo expuesto al metilmercurio a través de alimentos contaminados ingeridos por la madre embarazada.

El mercurio es un metal extremadamente volátil que puede ser transportado a grandes distancias una vez se ha emitido a la atmósfera. Cuando se deposita en un ambiente acuático, el mercurio se transforma en metilmercurio, una potente neurotoxina que se acumula en los peces y en los animales, y en los humanos que los consumen. El mercurio nunca desaparece del medio ambiente, por lo que la contaminación de hoy seguirá siendo un problema en el futuro.