Justicia y justicia social: ¿Qué son y cómo entenderlas?

Publicado por o día 27/12/2016 na sección de Social

Justicia y justicia social: ¿Qué son y cómo entenderlas?

Los últimos 20 años han estado marcados, a nivel global, por una aparición de movimientos culturales, políticos y sociales que han traído al primer plano varias conversaciones que, en otros tiempos, pasarían por la simple aceptación o por el total desconocimiento. Los términos de justicia y de justicia social no han escapado de estas conversaciones. Mientras el primero cada vez anda más titubeante y jadeante, puesto a la orden de uno o varios intereses; el segundo ha pasado a cobrar un protagonismo acelerado y exagerado en, principalmente, los países del mundo en desarrollo.

Aunque los términos de justicia y justicia social guardan una relación, ambos son muy distintos y poseen criterios que les hacen ser distantes, a su vez. Uno de los principales criterios que los distingue y distancia es el de la objetividad y subjetividad.

La justicia, fue concebida como una manifestación suprema de la objetividad. La justicia social, se basa mayormente en lo que la mayoría cree que es lo correcto, situación que pasa por un plano subjetivo. Así las cosas, conviene entender a cada término por separado.

Justicia

A juzgar por los ejemplos de justicia universalmente conocidos, la justicia podría ser traducida como “dar lo justo”, o la práctica de dar lo que corresponde a cada quien.

Los mismos ejemplos de justicia marcan la pauta para entender por qué se estaría tratando de un término netamente objetivo.

En primer lugar, la justicia se basa, primordial e inexorablemente, en disposiciones escritas y aprobadas por una mayoría, con antelación. En las sociedades actuales, estas disposiciones serían las leyes que rigen la vida de las personas en sociedad.

Estas leyes, desde un punto de vista ético, están constituidas desde una base de justicia, para que puedan beneficiar a todos por igual, o, siguiendo el origen del término, para que cada quien reciba “lo justo”.

Los conceptos de justicia aclaran tajantemente que la persona que practica la justicia debe ser independiente y diferente de las que la exigen. Un término que atañe a los jueces y demás responsables, y que pudiera dar un indicio de dónde estaría fallando el término, y por qué ha permitido dejar jadeante a la justicia, a la vez que irrumpe fuertemente la justicia social.

Un ejemplo de justicia

Los principales ejemplos de la justicia se enmarcan en un entorno legal. Es decir, la justicia ha estado asociada al derecho desde hace mucho tiempo, lo que ha permitido que su uso, tanto el término como los significados, sean extrapolados al sentido del derecho, de la abogacía, de los tribunales.

Es por eso que la justicia pudiera entenderse como la interpretación de las leyes y doctrinas a las que la sociedad está suscrita, para decidir cómo y de qué manera deberían ser distribuidos los castigos y los beneficios. Históricamente, la justicia se ha confundido con el término de igualdad, por lo que, para algunos, aplicar la justicia se traduce directamente en dar a cada quien lo mismo, en partes iguales. Esto, difiere mucho del concepto original, de dar “lo justo”.

La justicia en contexto

La justicia no es una ciencia, sino una virtud moral. Así ha sido tratada desde tiempos ancestrales hasta nuestros días. Por eso, las personas encargadas de administrar la justicia no tienen o deben ver este oficio como el de trabajar en un laboratorio, sino, el de encargarse de corregir esas desviaciones éticas y morales en la sociedad, para mantener el ambiente de paz y armonía, a la par de la convivencia y las buenas costumbres.

Para hacer un repaso claro de esto, la justicia aparece en el primer día de la humanidad, en el concepto bíblico. En él, Dios les presenta el nuevo mundo a Eva y Adán. A su vez, le inculca una ley que no puede ser violada, aquella de comer tal fruto prohibido. Al comerlo, Adán y Eva fueron expulsados del Edén en un acto sublime y supremo de justicia. Esto, porque fue realmente justo, ya que violaron una ley. Desde los términos compasivos, puede verse bien o mal. Esto último, es lo que ha hecho irrumpir el concepto de justicia social.

Justicia social

El término justicia social, a diferencia de la justicia, y basándose en los ejemplos de justicia social, hace notar un intrínseco uso de la subjetividad. En la historia humana, los ejemplos de justicia social no hacen más que verificar esta relación.

La justicia social ha estado relacionada desde su origen con las cuestiones políticas.

De hecho, es uno de los términos más usados por los movimientos políticos caracterizados como de izquierda, donde confluyen los movimientos socialistas, progresistas y comunistas. Según la interpretación política de la justicia social, hay un mundo dispar donde algunas personas están recibiendo más que otras. La justicia social dictamina que todas las personas deberían obtener exactamente lo mismo, porque todos tienen los mismos derechos y los mismos deberes.

El carácter subjetivo de este término ha sido utilizado de forma irracional, y los términos de igualdad han sido violentados en su máxima expresión. Así, un obrero puede atentar contra un directivo empresarial porque considera que el segundo no debería ganar tanto dinero, y sus sueldos deberían ser iguales. Esta confusión ha provocado que el uso de la justicia social tenga fines meramente populistas.

El origen de la justicia social

Para entender lo anterior, basta con hacer hincapié en la aparición del término de justicia social. Según muestran los hechos, fue en Livorno, Italia, donde el sacerdote Luigi Taparelli utilizó dicho término para fundamentar el descontento de la mayoría obrera. Livorno, a su vez, es una de las ciudades históricamente izquierdistas de Italia.

El término de justicia social se diferencia del de justicia porque no busca lo justo, sino lo que la mayoría cree justo. Sin embargo, la historia y la revisión científica de la justicia han demostrado que la igualdad no es sinónimo de justicia, ya que muchas veces lo justo es que algunos reciban lo que se merecen, sea poco, o mucho.